Miguel Pérez Aguilera, padre de la abstracción en Andalucía

Miguel Pérez Aguilera. Foto: GARCÍA CORDERO

Miguel Pérez Aguilera la muerte le sorprendió la noche del pasado miércoles con su estudio del sevillano barrio de Los Remedios repleto de lienzos de gran formato, tensados y listos para trabajar. El artista, que nació en Linares (Jaén) y estaba a punto de cumplir los 89 años, sufrió un infarto cerebral el 5 de enero. Hasta ese día, había cumplido siempre con su ritual diario de "refugiarse en la pintura", como dijo hace apenas un mes cuando inauguró una exposición con una treintena de sus obras de la última década, en el monasterio de San Clemente de Sevilla.

Miguel Pérez Aguilera, catedrático de Dibujo del Natural de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, llegó a la capital andaluza en 1945, cuando formaba parte de la llamada Joven Escuela Madrileña. En la década de los sesenta abandonó la figuración y apostó por una abstracción colorista y muy personal en la que trabajó sin descanso y con mucha ilusión hasta el último de sus días. Desde 1990, era profesor emérito de la Universidad de Sevilla. Además de por su aportación personal a la pintura, Pérez Aguilera ha sido una persona clave en el arte contemporáneo andaluz como maestro de artistas. Sus conocimientos y sus libros constituyeron, hasta el final de la dictadura, la única ventana a la modernidad europea por la que podían asomarse los estudiantes de Bellas Artes; ya que para el resto de sus colegas no existía la vanguardia. Entre sus discípulos se encuentran artistas como Carmen Laffón, Luis Gordillo, Francisco Cortijo, Santiago del Campo, Curro González o Patricio Cabrera. La Facultad de Bellas Artes de Sevilla, en la que trabajó hasta 1985, ha suspendido hoy las clases en señal de duelo. Sus familiares y amigos despedirán esta mañana al artista en el tanatorio de San Jerónimo a las 13.45. Sus restos serán incinerados a las 15.45 en el cementerio de San Fernando de Sevilla.

"No tengo ninguna intención de retirarme. Creo que cuando llegue el momento me iré con la paleta y los pinceles en la mano. Mi vida está casi realizada, pero la verdad es que tengo mucha ilusión por mi trabajo. Todavía encargo lienzos de gran formato para trabajar, como los que me esperan ahora", dijo el artista en una entrevista que publicó EL PAÍS el pasado 14 de diciembre con motivo de su exposición en San Clemente, que aún está abierta hasta el próximo día 11. "Es una satisfacción poder ver mis obras colgadas y analizarlas yo mismo, sin esperar a que nadie me diga lo que le parecen", añadía Pérez Aguilera en la entrevista. Aunque él siempre tuvo un buen consejo para todo el que se le acercó.-

MARGOT MOLINA 09/01/2004

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