Paso a dos acoge dos exposiciones que se desarrollarán conjuntamente. Este marco es una puerta abierta a dos artistas sevillanos cuya concomitancia máxima pasa por quedar situados ambos en ese punto crucial de paso hacia la madurez en su lenguaje artístico y de consolidación en su trayectoria artística.
María Cañas
En “La virtud demacrada” María Cañas (Sevilla, 1972), artista habituada, desde la videocreación y el net-art, al sutil juego de la subversión y el cuestionamiento de los tópicos y estereotipos de la idiosincrasia sevillana y andaluza, presenta en primicia un conjunto de collages digitales en los que emplea un voraz canibalismo a la hora de re-contextualizar la imaginería artística histórica, especialmente barroca y romántica. La artista encuentra en el apropiacionismo y la vinculación simbólica (mediante imágenes o ideas que remiten a otras previamente conocidas) un camino abonado para la reflexión meta-artística. Siguiendo esta pauta, genera obras contaminadas e irreverentes, las ilumina o pervierte, siempre homenajeándolas.
Rubén Guerrero
Por su parte, en “Anverso (contra) Reverso”, Rubén Guerrero (Utrera, Sevilla, 1976) cuestiona la realidad y su condición de veracidad. Como si de una tramoya se tratara, sus escenografías pictóricas -ajadas, decadentes-, dejan entrever su trasfondo, su doblez, el otro lado, con sus miserias y destellos. Frente a sus obras, el espectador se encuentra en el incómodo trance de decidir si nos hallamos ante el anverso o el reverso de esa realidad. Ante sus obras, al igual que ante las grandes expresiones públicas de nuestra sociedad, se debe decidir si asumir esa realidad y disfrutarla, aún a sabiendas de su transitoriedad y reversibilidad, o rascar la superficie y descubrirnos ante el hecho ficticio y, tal vez, descorazonador.
Rubén Guerrero (Utrera, Sevilla, 1976); desde 2005 es artista de la Galería Luís Adelantado (Valencia), con quien ha realizado el año pasado una exposición individual titulada “Caja de Instrucciones” y con quien acude a ARCO. Ha participado en muestras como “Figuraciones” (2001 y 2003), “Hacen lo que quieren” (2005) y “The Sock Strategy (La estrategia del calcetín)” (2006).
MU -¿Cuál es el tema central que une las obras que presentas en esta exposición?
R.G -La asimilación de la imagen ya codificada o reproducida. Cada obra simula una superficie que marca un límite, a modo de trampantojo parece separar un espacio ficticio de uno real posicionando al espectador dentro de un territorio indefinido, fronterizo y ambiguo, configurando dualidades fundamentales: interior / exterior; entrar/ salir; realidad y ficción.
MU -¿Cuál es tu opinión al respecto del esfuerzo intelectual y físico que invierten las últimas generaciones de artistas plásticos?
R.G -Necesario y prometedor.
MU -¿Qué aporta a tu entender la pintura en estos nuevos tiempos de "video juegos"?
R.G -Reconozco la pintura como un medio lento, poco atractivo, aparentemente convencional y muy lastrado por el peso de su historia; pero por este mismo motivo está sometida a una constante revisión, expandiéndose y reinventándose a sí misma continuamente.
MU -En tu trabajo se observa una paleta muy marcada por el blanco/negro, para mí es una marca distintiva en tu obra, también los escenarios solitarios, ¿qué hay en ello?
R.G -La casi monocromía a la que haces referencia se ha ido produciendo de forma progresiva en mi pintura y responde en parte a una necesidad de reducción de recursos y artificios pictóricos. Las superficies representadas en mis lienzos, a pesar de su evidente carácter teatral, nos posicionan más que en un escenario en su trastienda, convirtiéndonos en voyeurs involuntarios que contemplan una imagen que se nos aparece multifocal, dividida, descontextualizada y distorsionada.
Iván de la Torre Amerighi & MU
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