«Punto de mira». Una visión desinhibida de la colección de arte de la Diputación de Granada

Punto de mira. Sala Alta del Palacio de los Condes de Gabia. En la imagen los comisarios Iván de la Torre y Juan Ramón Rodríguez-Mateo junto a una obre de José Guerrero

Una mirada profunda, particular y sin complejos a la colección de arte de la Diputación de Granada. Es la visión que ofrece la exposición ‘Punto de mira’, que desde mañana y hasta el próximo 15 de mayo reúne en la Sala Alta del Palacio de los Condes de Gabia medio centenar de piezas de distinto formato y técnica y de hasta cinco siglos diferentes (XVI-XXI).

Porque “el arte es una lengua franca y común que no tiene tiempo ni medida”, afirma Iván de la Torre, comisario de la muestra junto a Juan Ramón Rodríguez-Mateo. Ambos han convertido esta revisión expositiva en algo más que una mera selección de piezas. “Se trata de una propuesta crítica, arriesgada y desinhibida que hace dialogar a las obras de arte, con independencia de la fecha que daten, de si su autor es reconocido o anónimo, o de la técnica o formato que presentan”, explica la diputada de Cultura y Juventud de la Diputación de Granada, María Asunción Pérez Cotarelo, para quien este proyecto, además, “propone una investigación constructiva sobre los parámetros del impulso coleccionista de las instituciones y la responsabilidad que tienen las administraciones públicas con el arte, en particular, y la cultura, en general”.

La exposición, que combina piezas de José Guerrero, Manuel Gómez-Moreno o Manuel Rivera, entre otros, se estructura en torno a tres líneas argumentales: geografías de la conciencia, topografías geométricas: celosías, y topografías del verbo: signos y símbolos. Sin embargo, dichos hilos conductores tienen “muy presente la noción, imagen, memoria, anhelo, recuerdo o deseo de Granada como referente, ideal, metáfora o realidad”, ha explicado Iván de la Torre, cuyo objetivo con esta exposición también ha sido el de “visibilizar” la colección artística de la Diputación para disfrute de la ciudadanía.

De ese modo, la muestra posibilita “múltiples experiencias estéticas al tiempo que ofrece al espectador la posibilidad de evaluar los horizontes intenciones, expectativas y motivaciones de las prácticas artísticas a lo largo del tiempo y de la historia”, subraya Juan Ramón Rodríguez-Mateo, para quien la premisa llevada a cabo en este sentido ha sido “no limitarnos a lo contemporáneo, sino analizar la colección como un todo, de modo que las obras dialoguen entre sí sin que entren en conflicto, puesto que su exposición muestra claramente la intencionalidad del artista”.

Líneas argumentales:

A)    GEOGRAFÍAS DE LA CONCIENCIA.
Granada es una ciudad dicotómica, enfrentada consigo misma, con su presente y su pasado, que ha sido también  territorio de nacimiento de una honda conciencia crítica con su propia realidad histórica o cotidiana. El ‘disgusto del ser’, la conciencia del ‘estar siendo’ y la voluntad de prosperar hacia un futuro abierto, sin obviar fracturas sociales ni culturales, son notas constantes y contrastables en muchas de las obras de la colección.

B)    TOPOGRAFÍAS GEOMÉTRICAS: CELOSÍAS.
Un modo de acercamiento a la realidad simbólica de la Granada real y mítica se produce a través de la celosía, ese entramado geométrico que visibiliza al tiempo que oculta lo enseñado, en un juego de trasparencias que nos muestra una realidad interior y una expresividad interior. El alma granadina se identifica con esa doble dirección comunicativa que pretende mostrar lo que le gustaría ser e invisibilizar lo que en realidad es. Esta semántica se hace verdad en lo arquitectónico, desde la que trasciende hasta espacios plásticos bidimensionales.

C)    TOPOGRAFÍAS DEL SIGNO: VERBO GRANADA.
Granada ha sido y es referente simbólico, referente de inspiración para artistas que, desde el interior y el exterior han tratado de desenmascarar sus secretos. Como metáfora de lo perdido, de lo misterioso, de lo conquistado, el signo funciona a niveles que superan lo literario y lo poético. Granada ha sido telón de fondo de tramas teatrales del mismo modo que ha servido como excusa para volcar sobre el medio toda la imaginación del creador. Por ello, el signo funciona como una unidad verbal que engarza al protagonista y su vicisitud, cualquiera que ésta sea.

 

Palacio de los Condes de Gabia de la Diputación de Granada.
Hasta el 15 de mayo 2011.
 

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