Campo Base. Ramón David Morales

Campo Base. Ramón David Morales

Generación X es la generación de gente cuya influencia cultural tenía su cumbre en los años 90, cuando Ramón David Morales (Sevilla, l977) era un adolescente y probablemente pasaba el tiempo escuchando rock alternativo, pop británico, hip hop, tecno, club y música dance o jugando con ordenadores y videojuegos. A los jóvenes de la Generación X les gusta decir que son individuos librepensadores en un mundo globalizado, y que los ordenadores y el Internet los unieron a través del chateo, el Messenger y – más recientemente – los blogs. Ramón David Morales pertenece a esta generación para la que el acto de cortar y pegar es parte de la cultura, al igual cómo un discjockey mezcla sonidos en una discoteca.

 

Como explica Morales, su proceso creativo empieza con una "idea–dibujo", que el utiliza más tarde como un mapa para explorar todo tipo de relatos de los que sus dibujos son meros fotogramas. Su trabajo indaga en la estética del hiperrealismo, en él que – según el filósofo Jean Baudrillard "lo real y lo imaginado se confunden en la misma totalidad operacional", exigiendo "una especie de sexto sentido para la farsa, montaje y escenarios"1. En su obra, la representación de la desvalidación de la naturaleza supone que "el mundo" se manifiesta de manera distinta en distintos momentos.

En repetidas ocasiones, adopta un falso equívoco, confundiendo conscientemente naturaleza y artificio y haciendo preciosas apropiaciones de artefactos hechos por humanos, reales e hipotéticas. Parece que disfruta de la ambigüedad de los objetos resultantes. Así, Veleta, de cómo abandonar la ciudad (2007) es una instalación en la que simultáneamente evoca las ideas de la confusión y de la libertad. Inspirado por viejas señales de tráfico indicando distintos sentidos en un cruce, Veleta es una especie de comentario sobre la no naturalidad de la naturaleza de los objetos a la vez que es un objeto propio. En todo caso, ésta y otras piezas de David Morales, como Carretera sin fin o eterno retorno (2007) – una escultura burlándose de una pasarela mecánica – desafía la manera en la que tendemos a decodificar nuestras percepciones "normales" del mundo que nos entorna.
El artista anima al espectador a mirar el mundo actual como un objeto–en–representación igual como un objeto–idea, más aproximado a las ideas–dibujos que son la base de su proceso creativo. A la vez, dirige la mente y los ojos del espectador a contextos diferentes, jugando con las posibilidades sintácticas de lo pictórico.

Campo Base. Ramón David Morales

Por otra parte, su trabajo interactúa con la mente, estimulando viajes imaginarios. El juego entre presencia y ausencia tal vez deriva de la emergencia de la realidad virtual y el ciberespacio, dando lugar a preguntas sobre la transición de lo material a lo virtual, involucrando la representación de paisajes, subjetividad y narración. Como en un espacio virtual, la obra joven de David Morales no está ni aquí ni allí, ni es puramente real ni puramente imaginario. En su trabajo podemos percibir que algo ha pasado, pero la intención final se ha dejado indeterminada. No sabemos con seguridad si es siniestro o simplemente se lo está pasando bien.

Como un ambiente virtual, las instalaciones, cuadros, esculturas y objetos de David Morales – si realmente podemos utilizar la terminología corriente para describir lo que hace – condensa a muchos estados de ánimo y da lugar a múltiples interpretaciones. Hay una tensión entre el mundo material o físico, representado a través de los objetos encontrados en la habitación, y el "paisaje virtual" simbolizado por la dicotomía de presencia y ausencia. Aunque falte el ordenador que normalmente se encuentra en la mayoría de los ambientes virtuales, tenemos una sensación de un espacio mental alejado de la presente realidad. Los efectos alternantes de lo material y lo virtual prestan autonomía a la variedad de aspectos de la instalación, aunque cada uno depende de los otros para la articulación del significado. Naturaleza y artificio coexisten para formar una composición improbable en la que el mundo natural es una ficción que no es completamente imaginaria. Juntos, componen un tableau vivant en él que el objeto (o la idea) ha sido eliminado pero la alusión persiste.

[1] Jean Baudrillard. "Simulacra and Simulations", in Jean Baudrillard, Selected Writings, ed Mark Poster. Stanford University Press, 1998, pp.166?184

Texto de Berta Sichel para el catalogo campo base. 8.09.08.

 

www.ramondavidmorales.com

Deja una respuesta