Diálogo entre dos devociones.Angeles Agrela

Angeles Agrela
Ángeles Agrela expone en el Barjola su muestra ‘Superculto’, en la que rompe los estereotipos del artista, mundo que vincula con el tributo de los culturista. Asegura que siempre le ha apasionado el culto al cuerpo, algo que queda de manifiesto en algunos de los pasajes de su obra. Así lo demostró en ‘No pain, no gain’, donde plasmaba el mundo del culturismo, viéndolo como un entorno en el que «no hay ganancia sin dolor».

 

Ángeles Agrela (Úbeda, 1966) expone desde ayer en el Museo Barjola ‘Superculto’, una visión en la que combina la ironía, la parodia y la biografía (de realidad o ficción) para desmitificar la figura del artista, relacionándola con el sacrificio de los culturistas.

En la obra, recién inaugurada, conviven nueve acrílicos, una videoinstalación formada por dos pantallas planas con sendas piezas audiovisuales y un «mantel biográfico» en el que se distinguen, bordados a mano, un conjunto de órganos del cuerpo, integran la muestra, que se puede visitar hasta el 25 de mayo. Sobre las motivaciones del proyecto ya estrenado, la jienense mantiene que la concepción de lo que es un artista es un tema que siempre ha sido motivo de inquietud en su obra. «Me preocupan lo que debe ser y me resultan extraños conceptos como que debamos tener una vida atormentada y que seamos seres con un don especial», explica.

En torno a esa tesis se mueve su creación ‘Superculto’, en la que dos pantallas parecen dialogar entre sí. De un lado, Nieves Agrela aparece concediendo una «falsa entrevista» ante la cámara. En ella, habla sobre el arte, las motivaciones de los creadores, su vida e incluso de temas como el desarraigo y la inmigración. Revela que la mayoría de lo que cuenta es ficticio, aunque también hay una parte de realidad, la que muestra sin pudor en la otra dimensión de su obra: un mantel blanco bordado, incluido a última hora en el conjunto artístico.

«En realidad, esta parte tiene que ver con algo que menciono en la entrevista, en la que digo que tengo una enfermedad, por la cual se me paralizan los músculos (esta parte es cierta). Entonces, decidí bordar las zonas del cuerpo que se me paralizan», afirma, para concluir, segundos después, que la verdad era esencial en esta dimensión: «Esto es algo totalmente biográfico y personal. Se trata de una biografía dentro de un mantel».

Casi como su interlocutor, en una pantalla que figura a la derecha en la que se cuenta ‘su’ historia, aparece una contorsionista realizando un número que se define, a sus ojos, como «una imagen alegórica sobre el mundo del arte, de lo que es la fuerza y la dedicación». Un interés que se traslada, quizás a la parte más llamativa de la exposición: el retablo de nueve acrílicos sobre papel de unos 200 centímetros de alto y de 152 de ancho. Como las piezas de un puzzle desordenado, cada una de las pinturas reflejan las partes desnudas de un cuerpo humano musculado: el de un culturista.

Desordenados bajo el argumento de que «se llegue a reconocer la parte del cuerpo que es y así obtener una visión general de la pieza», cada pieza parece configurar un retablo barroco con todos los elementos entre sí. Su colocación, enfrente del mantel y de la videoinstalación, responde a una motivación: «Obtener una visión de conjunto». Sobre la forma de ver la exposición, a modo de consejo para los visitantes, Agrela propone como punto de unión el video.

«Viéndolo y escuchándolo se puede entender de qué va», aunque matiza que «si el público no lo entiende como yo lo he concebido, creo que funciona como un retablo dedicado a la proteína».

«Esfuerzo y sudor»

Fascinada por «la dedicación y el culto al cuerpo de forma casi obsesiva», que describe como algo que cuesta «sudor y esfuerzo al margen de la sociedad», para Agrela, el mundo del culturismo, ese que «pasa el límite de la realidad, fuera de todos los cánones», está en sintonía con otro ámbito que le alcanza de lleno: el de los creadores. En esa línea, confiesa que «el artista se dedica a algo de manera obsesiva que no llega a ser del todo comprendido».

 
Jorge Rodríguez
 

elcomerciodigital.com: 12/04/2008

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