Falsos Testimonios. Rodrigo Tavera

Sala de eStar

Las imágenes ateológicas de Rodrigo Tavera
Texto_ Jaime Vieyra (México).

°Tan-Tan! Quién es?
Es el diablo…î
J. Gorostiza. Muerte sin fin.

La pintura es una operación diabólica. Rompe con la teología de las imágenes consagradas, pervierte el buen sentido de la percepción convencional, altera la univocidad de los arquetipos, juega con las coordenadas del imaginario colectivo. El diablo, artista de la ambig¸edad, dirige el plano de composición, la erección de las figuras y la elección de los temas: transforma todo espejo en mirada hacia el afuera. Presencia sin figura, el diablo se esconde en el trazo despiadado del dibujo, en la condensación inesperada del espacio, en la tentación reflexiva del matiz. Lucifer se revela en la ambivalencia de las apariciones, es la luz que se acoge al abismo. No es un ente maligno sino un acontecimiento semiótico, no es el enemigo sino el compañero del creador.

En la serie de retablos, retratos y morfo-circuitos que nos ofrece Rodrigo Tavera el diablo hace su fiesta. El fantasma doliente, el Antonio dubitante, el santo apócrifo, el conde traicionado, el regalo envenenado, etc., conforman una inquietante summa atheologica que altera e invierte no solo el sentido iconográfico tradicional de las imágenes, sino además su univocidad moral restituyendo a las figuras esa tensión y esa apertura escamoteadas por la teología de nuestra percepción domesticada. Rodrigo Tavera re-trata ideales, diagramatiza almas, sumerge símbolos y afectos en un espacio nocturno y sin límites del que salen cargados de misterio, de ambivalencia, de infinición. El pacto con el diablo muestra aquí sus frutos: la consolidación de un estilo y una personalidad artística singular capaz de producir obras tan sólidas como los retablos de El fantasma de Juan de Mesa y El éxtasis de San Hipanto, los retratos de Marianne y Pilar y esos extraordinarios morfo-circuitos de Ugolino o Cerdo ante Dios. El diablo nos visita, °aleluya!

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