Nico Munuera. Galería Tomás March

N. Munuera: The Big Slam 13, 2007

Nico Munuera, junto a Juan Olivares, María Cremades, Oliver Johnson, Inma Liñana y María Ortega, entre otros, conforman un nutrido grupo de pintores que desde Valencia, y desde posiciones muy diversas, han recurrido a la abstracción en el empeño de seguir pintando cuadros. Entre este variopinto grupo de pintores en el que todos apuntan buenas maneras, Nico Munuera (Lorca, 1974) es probablemente el más disoluto de todos y su obra la más radical, aun cuando se sitúa, como también el trabajo de los pintores señalados, en el impreciso marco de los más vistosos formalismos de la abstracción. La obra de Munuera ha ido haciéndose grande conforme se adentraba en un proceso de reducción y renuncias, hasta acabar, en los últimos años, de resumir el cuadro en dos superficies de color que se unen en una forma de horizonte. Esa abreviación de la pintura en barridos de color horizontal deja ver los fragmentos de una misma gama de color que se suman para restar. Sustraer y eliminar cualquier distracción posible que no se encamine hacia la búsqueda de cierta esencialidad desde la que, a través del énfasis puesto en lo puramente retiniano, se alcance los sentidos parece ser el propósito del pintor. Llegando a Xuwan, título de esta exposición, recoge de forma ejemplar su meditado proceso de trabajo, con el que, no sin ironías, el propio pintor parece aludir a los procedimientos manuales y técnicos del ejercicio de la pintura, como también al estado mental en el que caen algunos pintores. Así las cosas, y si no buscamos un compromiso moral y ético en el arte o siquiera una conciencia espiritual en la manera que entiende Suzy Gablik el arte, y damos por claudicada, como postmodernos, esa alta aspiración que tuvo en otro tiempo, podremos acercarnos a la obra de Nico Munuera para deleite de los sentidos y embeleso de la mirada, a no ser que el artista esté pensando en otra cosa –como creo– y que entonces está por ver.

José Luis CLEMENTE

www.elcultural.es

 

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