ALBERTO CORAZÓN. OBRA CONEPTUAL, PINTURA Y ESCULTURA. 1968-2008

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Alberto Corazón

La exposición retrospectiva que el IVAM dedica a Alberto Corazón revisará su producción desde los años setenta hasta la actualidad, a partir de ochenta y cuatro pinturas, esculturas y obras conceptuales que serán mostradas al público.

A pesar de ser considerado uno de los artistas pioneros del conceptual español, este ciclo de su obra es insuficientemente conocido, sin que haya podido verse de nuevo aquellas aportaciones experimentales y renovadoras de nuestro arte. Desde sus comienzos, Corazón compaginó la producción artística con su actividad profesional de diseñador gráfico, primero, e industrial después, sin duda, una de las personalidades de nuestro país más innovadoras y relevantes en este campo. Las transferencias de planteamientos teóricos y de recursos formales entre el diseño y la actividad creativa han sido permanentes en su producción, caracterizada por la autorreflexión y la integración de conocimientos interdisciplinares.

Las prácticas desmaterializadas que Alberto Corazón desarrolló en la primera mitad de los setenta, coincidiendo con lo que difusamente se denomina conceptual español o, quizá con más precisión, nuevos comportamientos artísticos en el ámbito de la posvanguardia, están vinculadas a la profusión de imágenes producidas por la emergente sociedad de la comunicación, apoyada en las nuevas oportunidades de reproducción mecánica y los consumos masivos. Corazón parte de repertorios iconográficos de los mass media, que reelabora mediante un singular vocabulario expresivo en el laboratorio —acentúa tramas y líneas, apura contrastes de positivo-negativo, integra texto y fotografía….— mientras conceptualiza los contenidos visuales, a partir de la base teórica proporcionada por los estudios semiológicos y las teorías de la comunicación y la información. Le conduce un doble propósito: reconocer, por un lado, la avalancha de imágenes difundidas por la prensa como un acontecimiento de época determinante para el arte; y, por otro, relacionar tanto las rupturas lingüísticas plásticas como la descodificación crítica con la necesidad de mantener una nueva relación con esas imágenes cotidianas, banales, no autorales y de mala calidad. Sus proyectos Leer la imagen y Documentos —representados en la exposición por 16 piezas, entre ellas, La paloma. “Homenaje a Picasso” (1972); Iconografías banales (1972); Propuesta para la formalización de una iconografía popular (1973); Aire, fuego, tierra, aire (1972); Academia nocturna (1972); Piraña (1974); La mujer (1975); y Una iconografía de clase (1972)—, imprescindibles para entender las nuevas expresiones artísticas de la predemocracia en nuestro país, encauzan esta sensibilidad singular en el panorama del conceptualismo español.

La aportación a la cultura española que, en el ámbito de la dictadura, pugnó por abrir cauces de resistencia y sensibilidad democrática, no sólo la realizó Corazón desde el campo del arte, sino también desde las iniciativas editoriales y de producción y difusión de conocimiento, conectadas con las nuevas prácticas. En este sentido, Ciencia Nueva y Alberto Corazón Editor-Comunicación representan dos aportaciones colectivas de indudable calado impulsadas por el artista y diseñador madrileño, con la vocación de contribuir a construir una sociedad moderna, abierta y democrática. En sus realizaciones gráficas, verdaderamente singulares en su época, se aplicarán fórmulas lingüísticas de sus investigaciones conceptuales, mientras que la línea editorial de las publicaciones difunde contenidos humanísticos, sociales y políticos progresistas e inéditos en España.

Los años ochenta suponen un paréntesis en la producción creativa del artista, que cierra la crisis del conceptual con un repliegue hacia su profesión de diseñador, evolucionando de la gráfica a la identidad corporativa y el diseño industrial, al amparo de las nuevas posibilidades, necesidades y encargos que surgen en la renovación democrática. En 1992, Corazón se reincorpora a la escena plástica con una exposición privada, Estrategias del agrimensor, en la que muestra esculturas, sobre todo —se incluirán 12 piezas en la exposición—, pero también pinturas, que responden a una gramática construida sobre un objetualismo de carácter ritual y simbólico, depurada formalmente. Dará paso a una pintura emblemática, de raíz expresionista, basada en trazos de dibujo esquemáticos y primitivos, que sustentan narraciones misteriosas o investigaciones pictóricas del maestro en el taller, y que tendrá representación en la exposición a través de piezas fundamentales como Retablo del nómada (1992), Caída en el silencio II (1995), Vigilia del muchacho que va a ser herido (1995) o Estrategias para recordar los sueños (1996).

Además de una serie de pinturas sobre la naturaleza culminadas en 2002 y en los años siguientes —colmenas, solsticios, embarcaderos de mineral, tormentas…, de las que se mostrarán 20 obras—, plantea una prolongada investigación sobre el género del bodegón, que continúa hasta nuestros días —se han incluido 20 piezas en la exposición—. Alberto Corazón reflexiona sobre la relación entre dibujo y color, representación y arquetipo, construcción eidética y fórmulas retinianas. Da continuidad a sus planteamientos sobre la percepción y la iconografía, al tiempo que, en el marco de una pintura culta, aborda problemas de composición estrechamente vinculados a la identidad icónica del género y a su comprensión. Sus últimos bodegones, ampliamente representados en la exposición, encarnan una pintura sostenida sobre la efusividad cromática, la objetualidad y la libertad en la organización de las figuras. Mediterránea y hedonista, esta obra más reciente, alude a la creación de un espacio estrictamente pictórico, propio de la pintura-pintura, connotado con rasgos de inocencia y de felicidad. La flexibilidad con que se perfilan los iconos y se articulan sus relaciones cromáticas y formales ofrece, en sus cuadros de 2007, un horizonte de evolución en el que el bodegón reinventado se funde con construcciones paisajísticas, nacidas de una frontera fluida y porosa, en la que la fuerza de las hibridaciones desafían los estereotipos de las imágenes y el sedentarismo de la visión.

Desde el 19 de junio hasta el 30 de septiembre 2008.

http://www.ivam.es/

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