María Cañas, de la calle 42 a la Transilvania desmitificada

María Cañas

Pirata, caníbal audiovisual, ave carroñera de los detritus cibernéticos. Así se define la joven artista María Cañas (Sevilla, 1972), que aferrada a la videocreación como modo más certero para reproducir todo su imaginario artístico, acaba de cerrar la temporada expositiva más prolífica de su aún joven carrera.

Cañas ha sido la protagonista de la actualidad artística de la ciudad este año, de eso no hay duda; una temporada que culmina con la compra por parte de Cajasol de dos fotografías pertenecientes a su trabajo Kiss the fire, y con el encuentro de Cañas con su público. Será esta noche (21.00 horas), dentro de lo que Espacio Escala ha denominado las Sesiones nocturnas.

En este encuentro, María Cañas explicará parte de su proceso creativo, que ella resume en “hacer arte de todo el detritus” que encuentra en Internet. “Me gusta hacer cine sin cámaras, reinventar el cine clásico y adaptarlo a los tiempos contemporáneos a partir de todas las sobras que voy encontrando en la red”, explicó el miércoles a la prensa la artista, que advirtió ser “accionista de Hollywood” como consumidora y compradora compulsiva de dvd’s y películas surgidas de la industria americana.

Dentro de esta cultura “del remix”, del collage audiovisual que María Cañas –“tengo síndrome de Diógenes artístico”, llegó a decir ayer–, se nutre para sus trabajos de sus propios mitos. Primero fue Nueva York, escenario de míticas películas como Taxi Driver y Cowboy de medianoche,y donde luego no encontró “nada”. “Fue una decepción” de la que surgió su trabajo Kiss the fire. Ahora acaba de llegar de Transilvania, a donde viajó tras el mito de Drácula, un personaje que tampoco ha encontrado. “Todo lo inventó Bram Stoker”, dice la artista, que adelanta que su próximo trabajo girará en torno al “vampirismo emocional”.

Puertas abiertas . La temporada de Espacio Escala termina los días 7 y 8 de agosto con unas jornadas de puertas abiertas en las que el público se encontrará con cuatro artistas que se van a “adueñar” de los cuatro espacios de esta sala. El espectador contemplará a los creadores en pleno proceso de trabajo, que durará 24 horas y que, al cierre del día 8, será destruido.

Amalia Bulnes

24/07/2008

http://www.correoandalucia.com

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