Pintores españoles Quejido y Gordillo se llevan su diálogo a La Habana

Luis Gordillo

Los pintores españoles Manuel Quejido y Luis Gordillo han trasladado a La Habana el particular "diálogo" que, según dicen, sostienen a través del arte, con una exposición conjunta que se muestra a partir de esta semana en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba.

La famosa obra de Quejido "Sin salida", latas de refresco convertidas en un multicolor mosaico de tótem, y una selección de 24 imágenes de su obra "El taco", compuesta por más de 400 piezas, están entre los trabajos que permanecerán en la isla hasta marzo, después de pasar por México y Venezuela.

Más allá de estar unidos por el hecho de ser ambos sevillanos radicados en Madrid, Quejido explicó a periodistas que con Gordillo, Premio Nacional Velázquez 2007, lo une una relación "muy especial", un intercambio al estilo "Matisse-Picasso". "De algún modo seguimos en diálogo (…) él ha visto cosas mías, de algún modo nos contestamos", apuntó el pintor y añadió que tras conocer el arte de Gordillo tuvo "una especie de impronta, de sensación" de la pintura como experiencia estética que lo hizo su referente y lo llevó a plantearse una vuelta a la pintura. Además, según confesó Quejido, su compañero compró las primera obras que vendió y de hecho dos de las piezas con su firma que incluye esta exposición son propiedad de Gordillo.

"Emocionadísimo" y "con los pelos de punta", Quejido relató el miércoles, en la inauguración de la muestra, que emprendió el viaje a Cuba por una "corazonada", echando a un lado su resistencia a "cruzar el charco" con el objetivo de acompañar la exhibición de 16 obras que auspicia la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (SEACEX). La selección, que tendrá su última parada en Brasil, dispone de forma intercalada los cuadros de los artistas y tiene como objetivo mostrar a dos pintores que, a pesar de sus diferencias formales, tienen una misma forma de entender el arte, según explicó a Efe el director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y comisario de la muestra, José Lebrero. Lebrero apuntó que la idea de unirlos en una exposición permitía informar sobre la producción artística de Andalucía, pero también mostrar a dos pintores que, a pesar de sus diferencias generacionales, son "rebeldes", "eminentemente creadores" y "críticos frente a los discursos hegemónicos de su tiempo".

Con pocos ánimos para viajar y entregado totalmente a su trabajo, Quejido explicó que su viaje de cuatro días a La Habana estuvo cifrado por "eso que llamamos con una palabra que es corazón, es una corazonada, es un decir (…) no puede ser que no vaya". "De Cuba desearía, con todo lo que me está dando, llevarme un buen taco de banderines de la bandera cubana", señaló Quejido en un texto hecho para la inauguración y que se negó a leer. Respaldado por "En forma de fábula", uno de los enormes lienzos de Gordillo que integra la muestra, Quejido escuchó en silencio la lectura del mensaje, donde apuntó que se resiste a hablar en público desde que comenzó a escribir hace 10 años un texto de 23 folios y que si habla, "no podría ya parar de hablar". Los banderines cubanos, dijo, se usarán como "respetado soporte" en un futuro trabajo sobre "la cuestión del mítico seminario de filosofía de Cruces" (asociación cultural con sede en Madrid que él ayudó a fundar), y que cuestiona "qué hacer hoy en día con nuestro deseo de revolución". "Me voy con muchas cosas a las que voy a tener que darles vueltas", añadió.

extraido de EFE

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