LE PARTAGE. Rogelio Lopez Cuenca

Rogelio Lopez Cuenca

La última exposición de Rogelio López Cuenca en la Galería Juana de Aizpuru tuvo lugar en mayo de 2001. Titulada de “El Paraíso es de los extraños”, recibió el premio Francisco de Goya (Premios Villa de Madrid) concedido por el Ayuntamiento a la mejor muestra realizada ese año en la capital.

Se trataba de una versión de la que albergó el Palacio de los Condes de Gabia, en Granada, el mes de enero anterior y, hasta hoy, había sido su última exposición celebrada en una galería. 

Desde entonces, su actividad se ha centrado en trabajos de investigación próximos a la crítica cultural, trabajos colaborativos, realizados a partir de talleres con estudiantes y especialistas de diferentes disciplinas sociales, historiadores, filósofos, arquitectos…, trabajos muy vinculados a lugares específicos y a la memoria colectiva de dichos lugares, sobre todo ciudades, pero también periodos históricos concretos; a este tipo de trabajos se dedica la exposición que se inaugura en el Museo Patio Herreriano de Valladolid el próximo 25 de enero de 2008. Dos de estos,  acabados en 2007, pueden consultarse en los sitios Web www.malaga1937.es y www.mappadiroma.it.

De un modo paralelo a estos proyectos de largo recorrido, Rogelio López Cuenca ha ido elaborando un archivo de imágenes, abierto, en construcción, a modo de cuaderno de notas, de dibujos, de “apuntes del natural”, considerando como “natural” también, o sobre todo o más bien, el continuo fluir icónico que configura el paisaje de nuestra vida diaria en las sociedades occidentales; imágenes procedentes de los medios de comunicación masivos tradicionales y de los ya no tan nuevos “nuevos medios”, de la publicidad comercial (el catálogo de los sueños posibles), de Internet (sobre todo las representaciones del cuerpo humano en la pornografía) y el catálogo específico de la Historia del Arte.

La diferencia fundamental entre estos dos variedades de trabajo residiría en el carácter más “desarraigado” de esta serie de notas, de anotaciones al margen, de observaciones, de lecturas, no ligadas a un lugar o un tiempo concretos – si bien las referencias a esos aspectos pueden ser igualmente rastreadas e identificadas.

En común, por otra parte tendrían la voluntad de configurarse como una obra de creación que a la vez no renuncia a su carácter de investigación, de reflexión, esto es, de ser un poema que sea a la vez un ensayo, o sea, una suerte de ensayo visual, que se plantea intentar (a través de alusiones indirectas, mediante analogías)  el pensar con imágenes, a través de imágenes, en un ejercicio transdiciplinar no alejado del territorio de la semiología social. El punto de partida es siempre el de la polisemia de los signos cuyos múltiples significados se recargan o debilitan en el contexto de cada lectura.

Algo a primera vista llamativo en esta serie de trabajos sería la ausencia prácticamente total de palabras, de texto escrito – una alusión directa en este caso a la necesidad de leer las imágenes  y una denuncia del progresivo fenómeno de “desalfabetización” provocado por nuestra falta de competencia respecto a la decodificación de los lenguajes visuales, que son precisamente los dominantes en nuestro entorno cultural. Situación respecto a la  cual la respuesta propuesta consiste en la producción de un bloqueo, un retardamiento del flujo habitual de las imágenes, planteando las condiciones para una interpretación crítica, dando lugar a una cierta incomodidad con respecto a nuestra postura como lectores, como espectadores, como constructores de sentido, un cuestionamiento del modo en que, con frecuencia  inconscientemente, somos productores y reproductores de ideología

Lo que se pretende es, pues, reflexionar a través de la propia acción y que éste pensar sea percibido a su vez como una invitación a la reflexión, partiendo de la consideración de estos trabajos como insertos dentro de una cadena dialógica de enunciados que le preceden y que, son releídos e incluidos en un decurso “otro” – sin que por ello dejen de pertenecer a aquel del que proceden, ni ello impida a pasen a formar parte de otros en el futuro. A este respecto, se ha intentado reducir al mínimo la manipulación de las imágenes, limitando los posibles cambios a esta inserción en una nueva situación textual.

En este caso, el propio título, “Le Partage”, es un préstamo del texto  -que se puede tomar como referencia  pero del que estos trabajos no son, en modo alguno, una ilustración- Le partage du sensible (Jacques Ranciere, 2000), donde el filósofo francés desarrolla una idea estética de la política según la cual ésta se estructura sobre una división de lo sensible, sobre las formas en que cada época permite ver, escuchar, percibir, nombrar…

Del mismo modo que las relaciones de poder producen formas estéticas, a la inversa, las expresiones culturales constituyen modos de ver, de hacer visible, de representar, de simbolizar poder o contrapoder. Todo acto estético, en tanto que configuración de la experiencia, por su  potencialidad de producir modos de ver, de sentir, de existir, es, por tanto, político.
 
Esta serie de videos y de secuencias estáticas de imágenes pretenden constituirse como un ensayo visual en torno a la distribución de lo visible – qué se ve, qué se muestra, qué se exhibe…o, lo que es lo mismo, quién habla, quien tiene la palabra, qué se percibe como lenguaje, autorizado, cargado de sentido y qué como mero ruido…quién mira y qué es mirado: de qué modo la mirada dibuja los cuerpos, su lugar en el mundo.

Inauguración 12 de enero

galeria juana de aizpuru
c/ barquillo 44
28004 Madrid
Spain
phone: 34 – 91 310 55 61
fax: 34 – 91 319 52 86
e-mail: aizpuru@juanadeaizpuru.com

Deja una respuesta