El especialista en Historia del Arte y pintor sevillano, Juan Fernández Lacomba inauguró ayer la exposición El paisaje en la pintura del Museo de Cádiz. El Museo Provincial situado en la Plaza Mina albergará una serie de retratos paisajísticos a disposición del público desde hoy hasta el domingo 14 de octubre.
Fernández Lacomba disertó sobre El paisaje en Cádiz, en los siglos XIX y XX en una conferencia de apertura, donde trazó una panorámica general sobre sus estudios del fenómeno de la aparición del paisaje como género artístico en Cádiz, realizada por artistas de culto como Delacroix, Doré y diferentes pintores de la escuela sevillana.
A este acto de inauguración acudió la delegada provincial de Cultura, Dolores Caballero, y el director del Museo Provincial, Juan Alonso de la Sierra.
Durante la charla titulada El paisaje en Cádiz, en los siglos XIX y XX, Fernández Lacomba reflexionó sobre el elemento paisajístico, no sólo de la obra que contiene el museo -del cual existen unos pocos cuadros de artistas gaditanos- sino también de las creaciones de artistas nacionales, extranjeros, y sobre todo procedentes de la escuela sevillana -de la que Fernández es gran conocedor- que retrataron muchos y variopintos paisajes de la provincia.
Fernández Lacomba descubrió en su conferencia la afición sobre los paisajes gaditanos que tuvieron los denominados «viajeros ilustrados», que con sus pinturas expandieron la imagen de Cádiz. Pintores que recorrieron España y retrataron localidades tan singulares como Jerez, Tarifa, Gibraltar, Sanlúcar de Barrameda, entre otras, que se convirtieron en centro de referencia de otros muchos artistas de la escuela sevillana.
Corrientes artísticas como el Romanticismo, el Naturalismo o el Iluminismo, que se desarrollaron durante el siglo XIX, determinaron, según Fernández Lacomba, «grandes valores» sobre el estudio de los colores. En la cromática, el juego de luces, la panorámica, destacaron los artistas, fundamentales en esta exposición, como Salvador Viniegra, Federico Godoy o Francisco Prieto, que cultivaron paisajes de colores muy intensos y fueron responsables de la formación «de una especie de escuela gaditana de pintores, aunque no exista esa escuela en realidad», según el artista.