Entorno.-Interno. …Y el mundo marcha

Invitación de - Entorno.-Interno. …Y el mundo marcha- Galería Full Art

Abordarán al visitante numerosas inquietudes al aproximarse al trabajo “…y el mundo marcha" de la serie “entorno.-interno" del artista jerezano Francisco Almengló (1965).

 Intuyo que una de las primeras cuestiones girará en torno a pretender clasificar las obras dentro de las disciplinas artísticas comunes. Tarea que se antoja imposible ya que la exposición está concebida como una instalación en la que todas las obras, a modo de una creación wagneriana, tienen un fin concreto dentro de la muestra.  Es por tanto una obra que se despliega frente a nosotros en diversos capítulos plásticamente heterogéneos, pero conceptualmente complementarios. Incluso, observando de manera individual cada una de las piezas que conforman la exposición, tampoco podríamos solucionar una nomenclatura apropiada y justa para cada obra, algo que no es particular de este autor sino que es una característica que bien podría ser aplicada a gran parte del arte realizado desde la segunda mitad del XX, en la que existe una permeabilidad entre los medios y una hibridación de los mismos. Encontraremos en la exposición un extenso catálogo de irónicas relativizaciones sobre las barreras disciplinarias.
Un video de unos 5 minutos de duración estructurado de manera tripartita documenta la performance que se realizó durante la primavera del 2007 en Sevilla. ¿video-arte o documentalismo performático?.
Una performance que no tuvo un carácter público ya que se celebró sin haber realizado una convocatoria, aunque tuviera lugar en un espacio tan urbano y poco privado como es uno de los puentes de la ciudad. ¿performance o grabación de recursos para una escena videográfica?.
La performance se documentó además fotográficamente y algunas de esas fotografías se presentan en la galería en formato medio colgadas en la pared funcionando a modo de stills que congelan en una sola imagen la acción ocurrida. ¿Fotografía o frame?
Una serie de piezas tridimensionales compuestas por dos partes, realizadas con madera, esmaltes y espejos, de líneas geométricas puras, detienen nuestra atención: Una parte rectangular actúa como soporte mientras que un elemento rotatorio se desliza de manera precisa sobre él. El elemento rotatorio alberga cuatro secuencias fotográficas de la performance anteriormente citada. Para poder ver cada una de las fotografías el espectador tendrá que buscar diferentes ángulos y puntos de vista sobre el objeto, o bien atreverse a interactuar con la pieza, realizando un simbólico esfuerzo, para poner en marcha la rueda y que gire sobre si misma creando como un rudimentario efecto secuencial de imagen en movimiento. ¿escultura o soporte fotográfico?
Aunque quizás, una vez familiarizados con lo que vemos, pasemos a preguntamos sobre ámbitos más graves e importantes de la exposición más allá de formalismos reflexivos en torno a las artes y su constante cuestionamiento. De hecho indagar sobre los límites de las distintas disciplinas de expresión artística, pretendiendo una hibridación de la escultura con la performance, el video, la fotografía e incluso la música (que por cierto en este caso es una pieza realizada ex profeso para el vídeo) no sería suficiente para la puesta en valor de este trabajo. ¿Cuáles son las pretensiones del artista?
En este segundo apartado del análisis del concepto y la intención del artista, contamos con valiosos indicios que nos ayudarán a seguir la dirección (que no el sendero) que nos propone el autor. El título de la exposición ya es revelador: “…y el mundo marcha" es el título con el que se distribuyó en España la película de King Vidor “The Crowd" (algo así como la muchedumbre) que datando de 1928 ya alertaba sobre la frustrante ambición del hombre moderno por querer triunfar en la gran ciudad. Una ambición que conduce en la mayoría de las ocasiones al fracaso, ya que no todo el mundo puede trascender.
El protagonista de la cinta de Vidor parece desde un principio abocado al éxito. Nace un 4 de julio en EEUU y su padre afirma sentenciosamente que el mundo hablará de él por que será un gran hombre. Acostumbrados a que el cine se detenga en personajes épicos, parece que asistimos al nacimiento de un héroe al más puro estilo griego, que tendrá el apoyo divino para, superando un sinfín de contrariedades, entregar su vida a la cruzada de conseguir un mundo mejor. Nada más lejos de la ambición paterna y de las esperanzas del espectador, el protagonista se va diluyendo en la muchedumbre convirtiéndose de manera natural en una insignificante pieza más del engranaje social neoyorquino. La película, de cine mudo aún, es un claro ejemplo de ese magnífico primer cine, parco en recursos técnicos pero plagado de simbolismo e intención en cada plano, que Almengló recupera haciendo un claro homenaje al cineasta americano, más allá de la mera apropiación del título y el argumento. Planos fijos, sin movimiento de cámara, utilizando puntualmente algún fundido para cerrar plano o cambiar de ángulo son los pocos recursos cinematográficos que presenciamos en la grabación.

''el mundo no se puede detener por que a Usted le haya ocurrido una desgracia”

El Protagonista de la cinta de Vidor se interpreta diacrónicamente en la performance de Paco almengló como tres "víctimas": Víctima I, Víctima II y Víctima III son las tres secuencias en las que se dividide el video de Almengló y titulan a su vez a las tres piezas tridimensionales (una exenta y dos de pared), que completan la muestra. Las víctimas aparecen yacentes, inmóviles en mitad de la calle o sobre un puente, mientras que el inexorable ritmo de la ciudad pasa literalmente sobre ellos. Saltan a nuestras mentes la actitud de la sociedad frente a la marginación aunque detenidamente observamos que las víctimas muestran un aderezo absolutamente normal y no propio de la indigencia, ante lo cual nos preguntamos por cuestiones más sorpresivas como un accidente que sesga la marcha del mundo para la víctima. La intención del artista es más generalizadora y lejos de representar un hecho concreto, centra la atención del espectador en un protagonista que no realiza ninguna acción y es que la acción sucede a todo el alrededor, en el tráfico y en las gentes y hace referencia a la opresión del individuo, al fracaso del modelo social que tanto ha preocupado al artista en sus diez últimos años de trabajo (recordemos series como "Manual del Fracaso, 1996-2000" "Hikikomori 2002" o el video "Vuelco, 2006”).
La documentación en formato de video y fotografía de esa acción añaden un elemento de suma importancia para el desarrollo conceptual de la obra: recogen un suceso en el que se funde la intencionalidad con la casualidad. La performance, que el artista dirige hasta el último detalle, desde la localización hasta los movimientos de los participantes, sus ropas etc… representa el ámbito de control del artista sobre su idea mientras que lo casual, al desarrollarse en medio de la ciudad, es todo lo que ocurre espontáneamente alrededor, el ritmo intermitente de los coches y las personas condicionados por las secuencias semafóricas o la arquitectura, que presencia inmóvil lo acontecido. Es precisamente lo que sucede de manera casual mientras que transcurre la acción, la indiferencia ante el protagonista y sus circunstancias, la que señala esa cura de espantos en la que vivimos inmersos. Realidad y ficción se funden espontáneamente en unas imágenes plagadas de simbolismo. De fondo, como si de un irónico réquiem de la vida moderna se tratara, un ritmo contundente de timbres industriales acompasa unas frases apenas ininteligibles en las que alguien de manera vehemente arenga acerca de los peligros de los medios de masas.
Es también muy significativa la localización donde tiene lugar la "no acción" del protagonista. Uno de los puentes que conducen desde la ciudad antigua hasta la ciudad moderna, un lugar de tránsito, donde nada permanece. La cartuja como metáfora de lo moderno y la ciudad antigua como lo inamovible pueden, secundariamente, representar el debate entre tradición y modernidad que la ciudad de Sevilla vive frente al arte actual.
Los tres objetos que completan la muestra, con ese aspecto depurado que le imprimen las formas geométricas simples como el círculo o los ángulos rectos y el acabado monócromo y brillante del lacado, desprenden una completa serie de influencias artísticas que pueden partir del Suprematismo ruso con sus consiguiente carga social( "blanco sobre blanco" de Kazimir Malevich) , y llegar hasta el arte más comprometido de las últimas décadas recorriendo en este transcurso referencias directas con el Mínimalismo. La dualidad entre lo escultórico y lo fotográfico, entre lo recto y lo curvo, entre la acción y la inacción, entre el observar o actuar, son experiencias que se desprenden de su contemplación. Unos espejos situados en la parte baja de la estructura dibujan nuevas perspectivas, nuevos puntos de vista, en los que, de repente nos encontramos reflejados, como en la vida misma.
No pretende el artista condicionar ni movilizar a la sociedad, pero si hacerla despertar de ese sueño de juventud por el que todos ansiamos encontrar el éxito provocándonos no pocas heridas inservibles.

''la muchedumbre siempre ríe contigo, pero solo llora un día por ti"
          
Julio Criado Moreno
“victimas bajo la rueda”
Octubre 2007

FICHA
Titulo: “Entorno.-Interno. …Y el mundo marcha”
Artista: Francisco Almengló, (Jerez, 1965)
Inauguración: Jueves 8 de Noviembre. 20:30 h
Fechas: Del 8 de noviembre al 15 de Diciembre 2007.
Disciplina: Multidisciplinar.
Horarios: Lunes a viernes  de 11 h a 14h y de 18h a 21 h. Sábados de 11 h a 14h.

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