ENSAYO GENERAL. NEILSON GALLERY

ENSAYO GENERAL

A finales de los años sesenta y durante los primeros años setenta, coinciden en Madrid un grupo de jóvenes pintores, entre ellos varios andaluces, llamados a jugar un papel de primera importancia en la renovación de la escena artística española.

Estos pintores se dieron a conocer primero en la Sala Amadís, una sala oficial que entonces dirigía el crítico y pintor Juan Antonio Aguirre, y posteriormente en las galerías Buades y Vandrés. En un contexto marcado por la crisis de la modernidad, por el fin de las vanguardias y por lo que el teórico Simón Marchán llamó “la desmaterialización del objeto artístico”, esto es, la irrupción de las muy diversas formas de arte conceptual, estos pintores, a los que vivieron a sumarse una serie de críticos y escritores como Ignacio Gómez de Liaño, Paco Calvo Serraller, Ángel González, Fernando Huici, Juan Manuel Bonet o yo mismo, enarbolaron la bandera de la pintura y se aplicaron con sano entusiasmo a la tarea de recrear o reinventar los lenguajes pictóricos tradicionales. No era la suya una actitud reaccionaria, ni mucho menos, sino un punto de vista ecléctico que entonces bautizaron como “neomoderno”. Eclecticismo que les permitía emprender a un tiempo nuevas lecturas tanto de las vanguardias y como de la tradición, utilizar indistintamente la herencia de los maestros clásicos y de los modernos, beber por igual en las fuentes de la mitología y de la cultura popular, aunar lo trascendente con lo irónico, lo sagrado con lo humorístico, combinar en una misma coctelera pictórica guiños la abstracción y al rocanroll, a las villas de Palladio y a la arquitectura de Torremolinos, a Marcel Duchamp y a Salvador Dalí, a David Hockney y a Frank Stella, por poner algunos ejemplos.

A este grupo de pintores la crítica más acomodaticia acostumbra a endosarles la etiqueta de “Nueva Figuración Madrileña”, aunque en verdad poco o nada tenían que ver con ese cajón de sastre al que dentro y fuera de nuestras fronteras dio en llamarse nueva figuración. Tampoco se les puede asimilar al arte Pop, aunque compartieran con algunos artistas pop compartieran ciertas actitudes y fascinaciones. Sin llegar a ser una tendencia, ni un movimiento ni un ismo en sentido estricto, lo único cierto es que se trata del único grupo de pintores que en la convulsa España de los años setenta supo articular un discurso artístico absolutamente original, unos planteamientos que –hoy ya podemos decirlos con claridad meridiana- se adelantaron en el tiempo a posiciones que más tarde pondrían en circulación movimientos como la Transvanguardia italiana.

Todos estos pintores cuentan hoy entre los más cotizados del país. Sus obras figuran en los mejores museos y colecciones privadas y es objeto de constantes revisiones antológicas y de estudios monográficos. Faltaba, sin embargo, una exposición que diera cuenta de los avatares del grupo, de su formación, de sus influencias, de su papel  y de su trayectoria desde sus inicios hasta la actualidad. Esa es la misión que, hará cosa de un año, me encomendó el Museo Reina Sofía de Madrid. Esta exposición, que se llamará “Los Fantasmas de Madrid – 1969/2009” y en la que llevo meses trabajando, se inaugurará a finales de enero del 2009. Dado el papel que dentro del grupo jugaron los pintores andaluces y especialmente gaditanos (Guillermo Pérez Villalta y Chema Cobo), y dado que llevo más de un año viviendo en Grazalema, pueblo del que es originaria parte de mi familia, le propuse a la Neilson Gallery realizar este pequeño “ensayo general” en el que participan los ocho pintores que lo harán a su vez en la exposición madrileña. Nuestra intención inicial era realizar la exposición como parte de un ciclo más amplio de conferencias y debates que fuera, de alguna manera, recordatorio y continuación de aquellos míticos “Encuentros de Cádiz” de 1974. Encuentros que en su día resultaron decisivos para la cohesión interna del grupo y donde Guillermo Pérez Villalta empezó a fraguar en su cabeza ese gran retrato generacional que culminó el año siguiente llamado “Grupo de personas en un atrio o alegoría del Arte y la Vida o del Presente y el Futuro”.

Dado que  las instituciones a las que recurrimos en busca de ayuda para realizar este proyecto no lo consideraron suficientemente interesante, nos ha resultado imposible realizar este ciclo y solo nos queda invitarles a la inauguración de este “Ensayo General” que con no pocos esfuerzos vamos a realizar a casi mil metros de altura, en el corazón de la sierra gaditana, que ya tiene mérito la cosa.

Quico Rivas

Grazalema, septiembre 2007


ENSAYO GENERAL. NEILSON GALLERY

INAUGURACIÓN: sábado, 15 de septiembre, 20 horas

Artistas participantes: Rafael Pérez-Mínguez, Carlos Alcolea, Guillermo Pérez Villalta, Chema Como, Manolo Quejido, Carlos Franco, Herminio Molero y Sigfrido Martín Begué.

Comisario:  Quico Rivas


NOTAS BIOGRÁFICAS DE LOS ARTISTAS PARTICIPANTES

Rafael Pérez Minguéz 

Nace en Madrid en 1950 y hacia mitad de los setenta abandona la escena artística. Comienza la carrera de arquitectura, donde coincide con Guillermo Pérez Villalta. Primo de los fotógrafos Luis y Pablo Pérez Mínguez, se interesa en sus comienzos  por el diseño gráfico y la  fotografía, y forma parte del núcleo directivo de la revista pionera Nueva Lente, en la que publica varios artículos. En  1971 expone en la sala Amadís montajes y dibujos que anuncian su progresiva dedicación a la pintura. En 1972 entabla amistad con   Ángel González ,  Calvo Serraller y Fernando Savater, con los que mantiene un intenso debate teórico sobre el papel de la pintura, el retorno de la tradición y la superación de las vanguardias.  Hasta 1975, jugará   un importante  papel como agitador cultural y promueve  actos colectivos del grupo, como Animales Salvajes, Animales Domésticos, en 1973 ó  la I Semana de Arte Actual en Toledo, donde junto a Macarena Medina,  pronuncia una provocadora conferencia. Participa también en  La casa y el jardín, organizada por Juan Antonio Aguirre y en La casa que me gustaría tener en 1974, así como en los Encuentros de Cádiz de ese mismo año. Asume una postura beligerante con la pintura de Luis Gordillo, frente al que pretende encabezar un movimiento  de recuperación de la pintura de signo distinto.  Visita a Saura, dirige cartas a Dalí, lee a Ledesma Ramos y a Giménez Caballero y realiza un viaje  a Nueva York. Participa en Propuesta de temporada, la exposición de presentación de la galería Buades donde, en abril del 74, realiza una deslumbrante exposición con un catálogo que incluye textos de Ángel González, Calvo Serraller y Savater. Aparecían allí imágenes insólitas, en las que se recuperaban temas y formas que miraban a determinados momentos de  la historia de la pintura,  renacimiento italiano y francés, los prerrafaelistas o el último Chirico, pero interpretados de forma delirante, con una ironía en el límite, salvaje y  violenta. Aquel verano, viaja a Marruecos y en el invierno a Londres. Su desaparición de la escena pública coincide con la paulatina dispersión del grupo.

Carlos Alcolea
(La Coruña, 1947 – Madrid, 1992)

 Sus años escolares transcurren en Cádiz. Lector voraz durante un largo período de enfermedad, continuó sus estudios superiores en la Facultad de Derecho de Madrid. Comienza a pintar en 1967 en clave expresionista-abstracta y el año siguiente gana un premio de pintura del Colegio Mayor donde residía lo que le anima a “seguir pintando toda la vida”, como afirmaría años más tarde. Ese mismo año viaja a Paris donde compra una buena cantidad libros y, entre ellos, catálogos de Hockney, Kitaj y Jim Dine. Repite  estancia en Paris entre finales de 1969 y principios del 70 donde pudo ver una retrospectiva de Giacometti y proseguir su pasión bibliófila. En 1970 pinta su primera “piscina” en la que es bien patente su interés por Hockney. Al año siguiente pinta su primera versión del “Desnudo descendiendo la escalera” de Duchamp, artista por el que siempre sintió un interés enciclopédico. Inaugura su primera individual en Amadís donde entra en contacto con el resto de pintores de la NFM con los que participa en sendas colectivas en la propia galería y en la Caja de Ahorros de Pamplona. Siguen los viajes a Paris donde continúa enriqueciendo su biblioteca. En 1972 trabaja como encargado de prensa en los célebres “Encuentros de Pamplona”, donde entra en contacto con grandes figuras del arte conceptual y principalmente con John Cage. Figura como actor en el cortometraje de Juan Antonio Aguirre sobre el evento. Hace su segunda individual en la galería Daniel. En 1973 durante su servicio militar participa en la I Semana de Arte Actual de Toledo y en las colectivas La casa y el jardín (Amadís), Animales salvajes, animales domésticos (Vandrés y Casa Damas), Propuesta de Temporada (Buades). En el 74 Participa en otras de las colectivas históricas como La casa que  me gustaría tener (Amadís), en otra en Sevilla y en la Universidad Autónoma de Madrid. A finales de año viaja a Nueva York donde vuelve a ver a Arakawa y entra en contacto con la obra de Jim Nutt. Vuelve a esta ciudad al año siguiente y hace una exposición individual en Buades donde se presenta el cortometraje de Baldomero Concejo Extensiones de Carlos Alcolea. En 1980 el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid le dedica una muestra antológica que significa su consagración como pintor y edita el libro Aprender a nadar, una brillante síntesis de sus ideas sobre la pintura. Los quince años siguientes hasta su prematura muerte siguió profundizando en los temas que constituyeron su obsesión desde sus inicios en los que desarrolló una imaginativa síntesis de lo sensual y lo metafísico enmarcado en una dinámica de juego. Tras su desaparición el aprecio crítico de su obra ha seguido una trayectoria ascendente y existe unanimidad en consideradle una de las figuras de mayor calado intelectual del grupo. En 1998 el Museo Reina Sofía le dedicó una completa muestra comisariaza por Ángel Gonzalez.

Carlos Franco.

Nace en Madrid en 1951. Estudia Filosofía y Letras. Presentado por Luis Gordillo a Juan Antonio Aguirre pasa a formar  parte de los pintores de Amadís, donde celebra exposiciones en 1972 y 1973.   Influido en un primer momento por el “pop” inglés,  inaugura con Carlos Alcolea una exposición en Buades en 1974 , en la que aparece una foto de ambos con Gordillo, pintor al que se sienten muy próximos.  Un  accidente de automóvil en 1973, le impide pintar durante un tiempo y  el dibujo se convierte para él en un lenguaje de libertad y en un modo de pensamiento.  Participa en las colectivas  Animales Salvajes, animales domésticos, La casa y el jardín,  I Semana de Arte actual en Toledo,    Arte Cádiz y  Propuesta de Temporada de Buades. A finales de los setenta se distancia del grupo y comienza a  interesarle   la magia y la mitología  .Después de un período de silencio, reaparece en 1984 con  una obra conjunta con Aurora Márquez,  y en 1985  expone individualmente en la galería  Alençon.. Entre 1990 y 1992 realiza las pinturas para la fachada de la Casa de la Panadería del Ayuntamiento de Madrid, en  las que     utiliza  la riqueza conceptual  de la  mitología, pero   renovándola plásticamente por medio de un dibujo de gran soltura  y  una visceral aplicación del color,  que reflejan su idea del arte  como estrecha comunión de lo sensorial  y lo mental  y explican  su elección de la pintura como lenguaje idóneo para conseguirlo    En el 2003 ingresa en la galería Marlborough y  en el 2004, el Ministerio de Asuntos Exteriores le organiza una gran exposición antológica de sus últimos veinte años.

Guillermo Pérez Villalta.

Nace en  1948 en Tarifa.  Estudia el bachillerato en Madrid, aunque vuelve  los veranos a su ciudad natal, en cuya biblioteca descubre el pop y la abstracción americana a través de revistas como  Times o  Life.  Malas reproducciones de Dalí, De Chirico y Picasso, su  memoria personal  y  la contemplación de  imágenes y rituales de las iglesias andaluzas, completan  el archivo inicial de su imaginario. Ingresa en la escuela de arquitectura donde conoce a Rafael Pérez Mínguez y a través de él, a Carlos Franco, Javier Utray y Carlos Alcolea . En los setenta comparte con el grupo el interés por el conceptual, la música pop, la psicodelia y el espíritu iconoclasta del mayo francés. Todos estos ingredientes más la particular versión de formas vanguardistas divulgadas por los objetos y la arquitectura de los sesenta y los setenta, cristalizan en lo que será su pintura de estos años que mostrará   en Amadís, Buades y   Vandrés .Participa en todas las colectivas del grupo y  en 1975 retrata a sus componentes, junto a críticos y galerístas próximos, en  Personajes en un atrio.  Tras la dispersión de  los primeros ochenta se relaciona con la generación de jóvenes que protagonizará la llamada Movida Madrileña. En 1983 el Ministerio de Cultura le otorga el Premio Nacional de Bellas Artes En 1988  ingresa en la galería Soledad Lorenzo.  Todo ello coincide con una “bajada a los infiernos”, que se traduce en imaginaciones sombrías, con una mayor atención  por la pintura frente al dibujo y  un incremento de  las referencias a la  mitología clásica y cristiana. A finales de los ochenta, regresa a Tarifa e inicia un nuevo cambio marcado por un renovado protagonismo del  dibujo y la geometría, como en sus inicios, y un interés por la luz como elemento conformador del espacio. Su traslado a Sevilla en  2000, renueva  su interés   por el contenido simbólico del ornamento, siempre  presente en su obra,   hasta pasar a  conformar incluso  la figura humana.

Manolo Quejido

Nace en Sevilla en 1946 y se traslada a Madrid en 1960. Desde 1964 a 1974, los años que él llama  de la  dificultad,  indaga  en varias direcciones, la abstracción geométrica, el pop,  la interacción entre arte y poesía (es cofundador de la CPAA) y  la experimentación  en el Centro de Cálculo de Madrid, donde realiza obras a partir de modelos programados por ordenador. Toda esta época de maquinación se verá reflejada en su primera etapa plenamente pictórica,  en la que  no renuncia a integrar  el interés por el conceptual,  que había estado presente en los planteamientos iniciales de todo el grupo. En 1973, es incluido  en la exposición de Buades Propuesta de temporada,  y participa en la  Exhibición Arte-Cádiz I. En 1974, comienza El taco conjunto de cuatrocientas cartulinas realizadas como ejercicios experimentales. Hasta finales de los setenta, inaugura varias exposiciones en  Buades,   PorUSAando, en 1977  tras un viaje a Nueva York,  Sitio en 1978 y  P.F. en 1979. Su pintura irá distanciándose del “pop”  e incorporando sus diálogos con Matisse, Cézanne y Picasso.  Participa en colectivas como     1980,  en 1979,  Madrid D. F.  en 1980  y Otras figuraciones en 1981.  En 1982 crea El Almazén de la Nave espacio alternativo en el que se llevan a cabo exposiciones, conciertos y conferencias. En 1994, participa en la fundación de Cruce asociación de pintores, músicos y  escritores, dedicada al debate en torno al arte y al pensamiento contemporáneo que edita  la revista del mismo nombre. A partir de los noventa,  se reafirma en  la práctica  de la pintura como instrumento de pensamiento reflexión y critica social.  En 2006, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo le dedica una gran exposición antológica.

Chema Cobo

Nace en Tarifa, Cádiz en 1952. Estudia Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Madrid. Se interesa por el cine y realiza varios cortos.  En 1974 participa en la colectiva  La casa que me gustaría tener en Amadís y en 1975, expone individualmente en Buades  y se incorpora plenamente al grupo. En  sus primeras obras aparecen rasgos compartidos, espacios desarticulados,  posiciones conceptuales  eclécticas y    una lejana influencia de Gordillo,  como “una digestión de segundo grado”,  En 1980  pasa a formar parte de la galería Vijande  y en 1981 participa en la colectiva  Otras Figuraciones organizada por la Obra cultural de la Caja de Pensiones. Ese mismo año   marcha a Nueva York  con una beca del Comité Hispano Norteamericano. En 1991 participa en la exposición en la Sala de la Comunidad de Madrid  23 artistas, Madrid años 70. Entre 1993 y 1994 es profesor invitado por el Art Institute de Chicago.y en 1997  por la Winchester School of Art, Barcelona y Southamton University de Gran Bretaña.     En 1994  recibe el  Premio Andalucía de Artes Plásticas y en 1998, el Centro andaluz de Artes Plásticas le organiza una gran  exposición retrospectiva . Ha sido uno de los artistas del grupo de mayor proyección internacional con exposiciones en Chicago, Boston, Roma y Milán. A partir de los ochenta  su obra  ira surgiendo  como una respuesta frente  al vacío de sentido de la imagen en la sociedad del espectáculo, para,  asumiendo ese vacío, partiendo de cero, volver a reconstruir la pintura. Actualmente reside en Alhaurín el Grande, Málaga.

Sigfrido Martín Begué.

Nace en Madrid en 1959. En 1978 realiza su primera exposición en la galería ……En 1985 se licencia en Arquitectura y en 1988 obtiene una beca de la Academia de Bellas Artes de Roma. Desde sus comienzos realiza una pintura de gran carga narrativa, dirigida siempre hacia una reflexión sobre la propia práctica  de la pintura, con referencias a la mitología clásica, la arquitectura y la historia de la pintura moderna, mezclando en ocasiones todo ello  en insólitas e irónicas asociaciones simbólicas que reclaman la complicidad del espectador. Ha sido además diseñador de montaje de exposiciones, como la de Le Corbusier en el Museo Reina Sofía en 1987,  y escenógrafo. Entre sus trabajos  en esta dirección, destacan los decorados de La Vida es Sueño de Calderón para el teatro Español de Madrid en colaboración con Eduardo Arroyo, la escenografía y el vestuario  del ballet Coppelia para el Teatro de la Ópera de Florencia  y para El Barbero de Sevilla para el Teatro Verdi, de la misma ciudad en 1993.

Herminio Molero

Nace en Puebla de Almoradiel, Toledo en 1948. Estudia el bachillerato en el instituto Cardenal Cisneros donde coincide con  Manolo Quejido, Guillermo Pérez Villalta e Ignacio Gómez de Liaño. Desde sus comienzos, sus intereses son múltiples,   la poesía beat , la música pop y enseguida el movimiento hippy, con el que se identifica algún tiempo.  Con Ignacio Gómez de Liaño y Manolo Quejido  fundan la CPAA, Cooperativa de Producción Artística y Arte Sana., dedicada a la poesía visual.  Compone sus primeras canciones y frecuenta el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense. En 1970 conoce a Pedro Almodóvar y ambos realizan happening,  como  El zoo triste, en la Escuela Clara.  Experimenta con la música electrónica en colaboración con   Horacio Vaggione, que le introduce en el mundo del yoga  Entre 1966 y 1972 viaja a París, Londres y Amsterdan  y tras una estancia en Ibiza, comienza en su pueblo la serie de los mandalas. En 1973, de nuevo en Madrid, retoma el contacto con Pérez Villalta y el resto del grupo .Participa en la primera exposición colectiva de Buades y en 1974, realiza su primera individual. Viaja a París y Roma con Pérez Villalta. En 1975 realiza el cómic California Sweetheart y  Mi nombre es… Molero, su segunda individual en Buades. En 1976, deja de pintar y se dedica exclusivamente a la música electrónica. Contactos con el grupo  Alea. En 1978, funda  Radio Futura uno de los primeros grupos de la “Movida”. A finales de los ochenta retoma la pintura, conservando su particular lenguaje pop, con el que  evoca  imágenes  de la vanguardia clásica y de la cultura española  En el 2004 el Museo de Teruel le dedica la retrospectiva Entre dos mundos.

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