 Elena García Jiménez
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Se presenta la primera exposición individual en Sevilla de Elena
García Jiménez en AJG Contemporary Art Gallery con el proyecto
Cartografía Nómada.
A lo largo de los últimos años Elena ha desarrollado un trabajo
artístico ligado a la experiencia directa de la recontextualización
personal en busca de una experiencia nómada que después traduce
plásticamente. Así, en experiencias anteriores desarrolló por medio de
performances, fotografía e instalaciones, diversos juegos de inversión
de posiciones, el concepto de adaptación desde la óptica del camuflaje, o
el enfrentamiento/fusión entre lo real y lo esperado, desarrollando un
sentir de la representación del espacio ligado a la desmaterialización
del mismo.
El cuerpo de trabajo desarrollado a partir de su última
recontextualización, se aproxima a esta experiencia nómada bajo tres
ejes: el hecho lingüístico, la asimilación del entorno y el recorrido
burocrático. Esta aproximación múltiple permite abarcar el proceso
atendiendo a su complejidad, que en este caso queda definida
plásticamente a través de tres grupos de obras:
“Cartografía nómada”, construida a partir de la idea de mapa, se
adentra en la representación subjetiva de los lugares experimentados
mediante una serie de composiciones realizadas con fotografías
entretejidas. “Richtig Deutsch”, engloba aquellas obras que desarrollan
el hecho lingüístico, fundamentalmente a través de libros intervenidos y
poesía gráfica y “El documento administrativo en la época de su
reproducibilidad técnica”, presenta réplicas de documentos
administrativos auténticos. Todas ellas comparten un mismo enfoque de la
experiencia nómada y la estructura de su construcción: parten de la
idea de “documento”, ya sea este un tratado lingüístico, un diccionario,
una trascripción, un mapa o un certificado, para deslizarse poco a poco
hacía lo irregular, entendido desde un punto de vista tanto formal como
significativo.
Sevilla, Marzo 2012
Antonio Jiménez
Fuera de lugar
La ficción que se encuentra agazapada en la supuesta estabilidad de
nuestras certezas, visuales o personales, ha señalizado los proyectos de
Elena García Jiménez hacia la simulación y el camuflaje, tanto de los
espacios como del lenguaje. La artista proyectará, por ejemplo, casas
idealizadas en habitaciones desocupadas, abrirá un estanque con
llamativos peces en el pasillo de un centro comercial o presentará como
poesía gráfica un galimatías ininteligible de signos y letras.
Fotografías, vídeos y textos que se sitúan, precisamente, en los
márgenes, en los bordes de los lugares, en la orilla del lenguaje.
Descentramiento que se ha radicalizado al residir la artista, en este
momento, en el extranjero, donde la seguridad sobre la propia identidad
queda, irremediablemente, fuera de lugar. Así, falsificará sus
documentos, perfectamente legales, y transformará diccionarios y
gramáticas, viejos textos en alemán como Richtig Deutsch (2009), en
tejidos que se hacen y deshacen a través de las palabras que los
significan. No se trata exactamente de desorganizar el texto, sino de
desarticular el mecanismo del lenguaje para explorar nuevas
posibilidades expresivas que se despliegan, literalmente, como un
tejido, desbordando la cuadrícula de la página, a la que se superpone
una geometría, colorista, personal, totalmente subjetiva. Un dispositivo
que, mediante el recorte de tiras fotográficas, aplicará también a los
lugares. Se da así una transición, totalmente lógica, del espacio
tipográfico al espacio plástico, como en Der Große Duden (2010), libro
de ortografía alemana de 1934 intervenido a partir de la palabra da
(aquí o allí) entrelazada con tiras de mapas que construyen una
cartografía dispersa, no fijada de antemano; ciertamente, nómada. Como
las palabras tejidas en los diccionarios, el entrelazado de las tiras
fotográficas en Cartografías nómadas (2010) forma el atlas de un nuevo
territorio, desmembrado y vuelto a reconstruir, que, realmente,
transforma un mapa en un rompecabezas.
No propone la autora un punto de vista único y objetivo sobre estos
espacios, sino una construcción personal que el observador, igual que la
artista, puede combinar de múltiples maneras.
Si en Naturalezas simultáneas (2006) o en la serie Camaleón (2008),
Elena García Jiménez corporizaba el espacio inscribiendo, por
yuxtaposición,el paisaje en el cuerpo como un tatuaje, ahora, esta
visión oblicua crea, en Cartografías nómadas, el mapa de un nuevo
territorio que sólo existe en esas imágenes en damero y donde –sólo en
ellas– es posible habitar. Una trama en forma de mosaico que podría
extenderse, indefinidamente. No hay fronteras. Este trenzado rompe
definitivamente la línea arbitraria que separa esto de aquello; lo que
permanece dentro de aquello que se sitúa fuera del cerco. No deja de ser
interesante que estos dispositivos de descolocación de un territorio y
de una lengua ocurran, precisamente, en un país que ha inventado la
palabra de trágicas resonancias Heimat, sin traducción a otros idiomas, como tierra natal hermética, vuelta sobre sí misma.
Mercedes Replinger