Imágenes de los ochenta desde Galicia …

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Imágenes de los ochenta desde Galicia' ofrece una confrontación entre la plástica regional y las corrientes internacionales

Promovida por la Consellería de Educación y Cultura de la Xunta de Galicia y organizada por el responsable de la sección de artes plásticas de la misma, el crítico de arte X. Antón Castro Fernández, la exposición Imágenes de los 80 desde Galicia, en el Museo do Pobo Galego, de Santiago, ofrece una amplia confrontación entre el presente de la plástica gallega y las corrientes más significativas hoy en el panorama internacional.

 

La muestra, dividida en tres apartados dedicados a la pintura internacional y a las nuevas pinturas y esculturas gallegas, permanecerá abierta al público hasta el próximo día 10 de agosto en el Museo do Pobo Galego, de Santiago.La joven plástica gallega ha venido teniendo, desde hace unos años, un impacto particular dentro del panorama artístico español. A su difusión han contribuido tanto propuestas colectivas -como la periódica celebración de la muestra Atlántica- como la trayectoria personal de algunos artistas. El fenómeno responde a la existencia de una firme corriente renovadora representada por un buen número de pintores y escultores. Prueba de ello lo tendríamos en el hecho de que, entre los artistas jóvenes españoles que han despertado un eco mayor más allá de nuestras fronteras, están nombres como los de Antón Lamazares, Menchu Lamas o Francisco Leiro.

Pero es importante resaltar aquí que este fenómeno de coincidencia con algunas de las corrientes más en boga en los circuitos artísticos mundiales responde en el caso gallego, en términos generales, menos a un fenómeno de mimetismo que, en ese contexto general hoy de dispersión de las actitudes y reencuentro con las propias raíces, a la recuperación de elementos primitivistas y expresionistas fuertemente implantados en la tradición plástica y cultural de Galicia.

En la línea de esa doble vía, a la vez de coincidencia y de originalidad, toma su base este conjunto expositivo de Imágenes de los 80 desde Galicia, acertadamente planteado, a mi juicio, como una confrontación entre los ejemplos más significativos de las nuevas actitudes plásticas en el panorama internacional y en el arte gallego.

El apartado 22 pintores de la nueva imagen internacional ha reunido un espectacular y muy atractivo conjunto de piezas de algunos de los más célebres pintores actuales. Dispuesta por países, esta sección incluye artistas alemanes, como K. H. Hödicke (con su impresionante Nocturno), Kaden y Thies; austríacos como Anzinger y Schmalix; los franceses Blais, Boisrond y Combas; el británico lan Breakwell; el portugués Juliao Sarmento; la pintura italiana tiene aquí una representación más amplia, con buenas piezas de Longobardi, Kounellis, Merz, Tatafiore y una muy atractiva pintura sobre papel de Mimmo Paladino; e igualmente ocurre con la sección de pintores norteamericanos, que reúne obras de Warhol, Haring, James Brown y Ronie Cutrone, representado en parte por su espectacular A little knowledge.

La pintura española -no gallega, se entiende- cuenta aquí con la presencia de Víctor Mira, Guillermo Pérez Villalta (El rito del otoño) y una impresionante Biblioteca de Miquel Barceló.

Algunas sorpresas

La selección de pintores gallegos de la nueva imagen incluye los nombres más representativos de dicho panorama, pero presenta también alguna sorpresa: pintores más jóvenes que confirman la vitalidad del proceso. Asimismo, los organizadores han optado, a espaldas de la moda, por no reducir su criterio a esa vía neoexpresionista al que se suele asimilar la nueva pintura gallega, entendiendo que el fenómeno es mucho más amplio en opciones como lo es también, en definitiva, el espíritu de la época.Se han reunido aquí obras de Baixeras, Correa Corredoira, Datas, Freixanes, Goyanes, Huete, Lamas, Lamazares, Mantecón, Martínez de la Colina, Maside, Mazoy, Moldes, Morquecho, Muiño, Oro Claro, Patiño, Permuy, Quintana, Ruibal, Seara y Xesus Vázquez. Dentro de ese conjunto, algunas de las obras presentadas merecen ser destacadas por su particular impacto. Así, por ejemplo, el Bruxo y los Guerreiros, de Freixanes; el espléndido Gato, de Menchu. Lamas; el muy reciente Manuel Pezón, de Lamazares; A coroza, de Patiño; el Caballo grego, de Alberte Permuy, y de Manuel Ruibal una solitaria figura femenina de delicada sinuosidad. Entre los más jóvenes, una auténtica sorpresa: un pintor que puede dar mucho que hablar: Martínez de la Colina.

En el apartado 9 escultores gallegos y un espacio nos adentramos en un terreno de especial interés, por cuanto que en términos generales la escultura es un medio en el que las nuevas actitudes han tenido hasta ahora protagonistas más contados. La nueva escultura gallega, particularmente en lo que respecta a la recuperación de acentos formales y tradiciones de trabajo frente a la madera o la piedra, parece presentar ya, en cambio, un frente amplio y de especial atractivo.

Así, esta muestra presenta, junto a algún representante de generación algo anterior, como Acisclo Manzano o Silveiro Rivas, escultores de una talla ya tan firme como la de Ignacio Basallo, Luis Borrajo o Francisco Leiro. De nuevo aquí dos sorpresas: Manuel Paz y Xosé Manuel Castro.

EL PAIS / FERNANDO HUICI, – Santiago de Compostela – 25/07/1984

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