Manolo Bautista quería que su segunda exposición individual en la galería sevillana Rafael Ortiz desligara el título del contenido, y por eso no se quebró la cabeza: le puso a la muestra «Segundo asalto», por ser la segunda vez que «asalta» esta galería.».
Fiel a su estilo conseguido a base de investigar con las nuevas tecnologías fotográficas y videográficas, Bautista presenta una vídeo instalación y seis obras en esta muestra en la que se percibe la visión del artista que siente la necesidad de crear, pero siempre dentro de los límites, en la frontera entre el interior y el exterior, cobrando así una gran libertad expresiva y haciendo siempre patente los matices de esta nueva creación, que sugiere otros caminos y que incita, al espectador, a la reflexión.
Nacido en Lucena (Córdoba), en su obra siente la necesidad de expresar, por un lado, su mundo interior no exento de cierta ironía y causticidad, y, por otro lado, su reacción frente al entorno, su postura ante el mundo que nos ha tocado vivir.
Pese a su juventud, su cambio de disciplina artística ha sido espectacular. «Me inicié en la escultura, con materiales como piedra o mármol, pero me llegaba a cansar. Incluso el paso del tiempo por el material, me molestaba. Además, terminas por hacer sólo lo que te encarga».
Decidió pronto su paso a las nuevas tecnologías, «y como soy autodidacta he aprendido equivocándome. En mi obra actual no es como en la escultura. Ahora tengo piezas en las que el trabajo es más inmediato y, por supuesto, nunca de encargo. Eso no es posible».
De conocida trayectoria en el mundo de la fotografía, se ha iniciado también en el videoarte, «no, no creo que el arte llegue a ser virtual, a la manera de esos marcos en los que cambia la fotografía. ¡Qué horror! La obra, de alguna forma, debe seguir siendo única».
Descontextualizar la imagen, el espacio, el paisaje es lo que Bautista realiza en sus creaciones, «mis imágenes cada vez son más limpias, y creo que el público comienza a comprar fotografía de la misma forma que adquiere obra gráfica o lienzo. Hay quien piensa que los procesos, en fotografía, son rápidos, pero puede o no. Algunas veces hacer una obra fotográfica requiere varios meses».
En la mayoría de las ocasiones trabaja desde cero, «sin referencia alguna, pero lo que sí tengo es el control de todo el proceso creativo y tecnológico. La verdad es que mis creaciones no tienen más limitaciones que las que impone la tecnología».
Pese a su interés actual por todo lo que relacione arte y tecnología, no rechaza posibilidades como volver a la escultura o más adelante incluso probar con la pintura, una disciplina que no ha cultivado hasta la fecha, «pero mi investigación actual en las nuevas tecnologías, es lo que más me divierte
MARTA CARRASCO
29-9-2007
SEVILLA.