DES-NUDOS · Antonio Sosa. Galería Magda Bellotti

Antonio Sosa. Baile en el desvan.158 x 114.2007.

Antonio Sosa  (Coria del Río, Sevilla · 1952) inaugura el próximo día 12 de diciembre a las 20:00 en la galería Magda Bellotti (Madrid) la exposición titulada Des-nudos. La galería madrileña reune un conjunto de obras sobre papel de gran formato desarrolladas por el pintor sevillano durante el 2007 y 2008. La exposición estará abierta hasta el 24 de enero de 2009.

 


En una pequeña elevación del terreno junto al Guadalquivir, eminencia la llama con propiedad Pascual Madoz en su diccionario geográfico, se sitúa La Puebla del Río, donde vive y trabaja Antonio Sosa. Cada día, desde su casa, se puede contemplar el plácido discurrir del río ya cercano a la marisma. En la Puebla, como la historia y la memoria, el río fluye por gravedad y refluye por la influencia de las mareas en su desembocadura. Ese discurrir abajo y arriba del río y su roce  con la orilla es el territorio vital de Antonio Sosa, el lugar en el que y desde el que escenifica su drama existencial. Un mundo estrecho, apenas una lámina de agua y la ribera que baña y fecunda, pero de enorme profundidad y gravedad simbólica.

Terreno abarcable pero insondable como espacio mítico y cosmológico. Tierra vieja que el río renueva. Todo río es, casi desde el mismo umbral del conocimiento, la imagen del mundo en permanente cambio de Heráclito, pero de los sucesivos cambios hay objetos y figuras que guardan memoria y permanecen como testigos de ese devenir. En este lugar Antonio Sosa tiende las redes con la angustia que produce lo desconocido y lo que recoge, más allá de las apariencias, nos habla de lo permanente en la provisionalidad.

Antonio Sosa. Boceto barroco. 176 x 56 cm.2007 .

Cada objeto y figura de la obra reciente de Antonio Sosa está cargada de significado. Algunos tienen o pueden tener una interpretación universal como símbolos arquetípicos de cualquier cultura, otros son particulares del lugar y también los hay que pertenecen al mundo privado del artista, aunque todos los sentidos están imbricados. Un solo ejemplo: un juguete de su hijo puede ser un objeto banal de consumo en un mundo globalizado, pero también un tiempo compartido con alguien que también es Antonio Sosa. Para ser uno es necesario pertenecer al otro. Esa crónica de ser uno en la diversidad, ese otro río de intercambios constante entre lo uno y lo diverso es el campo de acción artística de Antonio Sosa.

Instalado en plena madurez artística, cada vez le es más fácil reconocer la importancia de los signos. Él mismo, su imagen, ya es otro signo entre iguales. No importa demasiado el origen de los mismos. Los sueños, deseos, la familia, la antropología de la vida cotidiana en su comunidad son reconocidos por el artista en su trato desnudo con las grandes emociones del ser humano: Miedo,  dolor, alegría,  éxtasis, nacimiento,  sexo,  muerte. Emociones y  símbolos que se reúnen, enfrentan y conviven en secreta aspiración de desvelar el misterio de la existencia pero sin hacerlo explícito, misterio que no se puede medir ni contar, sólo ser enunciado, el resto es camino de cada uno. Y uno siente que el misterio que presenta Antonio Sosa es verdadero, o cuando menos, es creíble. Aunque el azar también interviene en la obra, nada es relleno o decoración, todo tiene una misión y una función y si, ante la dificultad de leer la obra, elegimos la vía ornamental de inmediato nos damos cuenta que el ornamento, como en las grandes culturas primitivas, no deja de ser una respuesta, una explicación sensible del mundo que se orden ay emerge desde el caos primigenio.

Antonio Sosa. Fuego de noches.156 x 114 cm.2007.

El trazo expresionista de las figuras que aparecen en sus obras tampoco puede confundirnos. No son ya una respuesta inmediata, el grito desgarrador de una emoción desbordada. Puede que en algún tiempo fuera así, pero ya no es un rasgo primordial, si acaso permanece como recuerdo de las primeras apariciones de las mismas figuras. Ahora ya es un conjunto ordenado donde cada objeto, sin perder entidad o, para no perderla, es necesario que sea tanto él mismo como el reflejo de los demás, un poco como en la fórmula musical típica del free-jazz: todos solos y ninguno solo. De hecho, tan o más importante que los objetos representados es la trama la que les da sentido completo en la obra; esa ligazón entre todo lo que para el artista aparece como real en un mundo de apariencias, la trabazón fatal de los símbolos con las emociones de la que son portadores.

Es esa trama sin tiempo hecha de tiempo, en esas relaciones sin causas inmediatas pero de afinidad secreta se juega el misterio de una existencia que se llama ahora Antonio Sosa. Y las señales de su territorio, como en el cuento de Borges donde imaginaba un mapa tan detallado que coincidía con el terreno que representaba, están cerca de coincidir con el territorio mismo.

Pero cuando nos acercamos al final, estamos en el principio y la tarea vuelve a comenzar. El río mana y corre, aunque sea de noche.

José Yñiguez sobre “Velos y telones” de Antonio Sosa, Enero de 2004


ANTONIO SOSA · DES-NUDOS

Del 12 de diciembre al 24 de enero de 2009

Galería Magda Bellotti
c/ Fucar,22.
28014 Madrid.
Tel¬ 91 3693717 ¬ 636 479 106
Fax¬ 91 429 0632

 www.magdabellotti.com. E-mail: galeria@magdabellotti.com

Deja una respuesta