La realidad y lo fabulado del paisaje…Juan del Junco

Juan del Junco. © Joly Digital

La realidad y lo fabulado del paisaje, según Juan del Junco.
Este joven jerezano, "artista de la fotografía", expone hasta el 7 de diciembre en la sala Cajasol su último gran proyecto, en el que la naturaleza posa para él.

A. Cala/ Jerez | Actualizado 26.11.2008 – 05:00

Ni es pintor, ni es fotógrafo, pero no se lo pierdan. Sin embargo, Juan del Junco (Jerez , 1972) es un artista. La sala Cajasol, en calle Larga, da buena prueba de ello. Sus amplias paredes blancas se han dejado conquistar, hasta el próximo 7 de diciembre, por 'El naturalista y lo habitado: trazas, huellas y el artificio del artista'. El último gran proyecto del jerezano, ganador 'Joven Autor Andaluz' de las III becas para proyectos de fotografía de la entidad de ahorro.

En su trabajo hay una constante autobiográfica. Desde que era un niño ha sido un amante de la ornitología. Casi que no tuvo más remedio porque su padre, Olegario del Junco, es uno de los 'históricos' de la ornitología en España y fue presidente de la SEO (Sociedad Española de Ornitología) y entomólogo, con una de las mejores colecciones de carábidos de España. En su casa, todo estaba relacionado con los pájaros y las plantas. "Mi trabajo artístico siempre lleva un acercamiento a la ciencia, a lo clasificatorio, a lo taxonómico. Tenía muchas ganas de hacer un proyecto sobre un proceso científico", comenta el artista. Espacios naturales como La Corchuela, Antequera, los montes de Málaga, El Chorro, Pinares de la Puebla…, se convierten en lugares de trabajo de Juan. Una cuadrícula en el suelo hecha con hilos, un juguete, un objeto tirado al olvido por el humano, una ramita de jaramago…, son elementos suficientes para crear las instalaciones. Historias que tienen un comienzo y un final en fotografías simbólicas, no escenificaciones al uso. Trazas y huellas que deja la gente y que provocan el artificio del artista. Son visiones románticas de un paisaje. Son sus deseos de aplicar su pasado seudocientífico al arte contemporáneo.

La estancia de Juan del Junco en Suecia, hace dos años, en una residencia de artistas de un pequeño pueblo en medio del bosque, es el origen de este interés por el método y la representación científica. Un lugar en el que era imposible obviar el entorno natural pues se imponía en las relaciones-cámaro-objeto. "Todos los días pasaba por un lugar que estaba lleno de cosas que había dejado allí el ser humano", recuerda Del Junco. Fue el punto de partida de este proyecto, al más puro estilo de la película 'Blue velvet' de David Lynch, en la que un joven de un pueblo americano encuentra una oreja humana entre la hierba de un solar que solía cruzar para ir a trabajar. La policía decide 'peinar' el espacio a través de carriles con cuerdas. Lejos de esta investigación detectivesca, Del Junco mezcla en sus estudios ciencia y arte, sin dejar de lado el trabajo que venía realizando hasta ahora: fotografías escenificadas. La realidad y lo fabulado.

Además de la muestra de Cajasol, Juan del Junco expone en estos momentos también en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo en Sevilla y en el Patio de Escuelas Menores de la Universidad de Salamanca. En elaboración está un proyecto sobre pájaros.

Del Junco habla de la fotografía, su forma de expresión, antes que la pintura o la escultura, "porque yo necesito una máquina para trabajar, no puedo trabajar con las manos. Desde que empecé en la Facultad de Bellas Artes lo tuve claro. Y no suelo recurrir a los efectos con la fotografía porque yo no soy fotógrafo, soy un artista de la fotografía".

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