Galería Cavecanem. Quico Rivas

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Juan Manuel Bonet y Francisco Rivas, en los primeros años setenta, entre otras cosas, fundaron el Centro M-11 donde se desarrollaron importantes iniciativas para relanzar la plástica en Sevilla, que llevaba toda la vida sumida en letargo descorazonador. Fueron los primeros que contribuyeron al definitivo relanzamiento de la plástica sevillana. Bonet es hoy lo que es y Francisco Rivas, Quico Rivas, que ha ejercido con fortuna la crítica, siendo su pluma una de las más ciertas, libres y aprovechable de la actual Crítica de Arte, continúa ejerciendo la función de pintor que ya desarrollaba en aquel Equipo Múltiple de tan feliz recuerdo. En la Sala H-104 de la galería Cavecanem se presenta una selección de dieciséis obras en las que se combinan la pintura, el dibujo y el collage. Quico Rivas, permaneciendo fiel a unas ideas estéticas muy concretas y perfectamente definidas, nos sitúa por unas sendas de manifiesta ambigüedad donde escenas extraídas de la realidad son sometidas a un tratamiento plástico hasta conseguir una obra dispar, llena de encanto visual y posibilitando los más inesperados encuentros. El pintor manipula las imágenes; unas imágenes extraídas de un pretérito inmediato, que él convierte en iconos de una sociedad inmediata a la que se le guarda un entrañable recuerdo y que permite, desde su abierta significación, con postulados muy cercanos a lo kitch, el feliz desarrollo de unos conceptos plásticos y estéticos tremendamente atractivos. Esta comparecencia, La Mudanza Permanente, es la segunda de un ciclo de cuatro exposiciones, la primera de las cuales –Sweet Home– tuvo lugar en Madrid y que, posteriormente, continuará periplo por Granada y Valencia.

Bernardo PALOMO

www.elcultural.es

Galería Cavecanem. Sevilla. San José, 10. Hasta el 12 de mayo. Precio único: 35.000 pesetas.

 

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