Muere Quico Rivas, el arte es peligroso

Quico Rivas. Foto extraida de www.larazon.es

 

Acababa de celebrar una fiesta en Sevilla, ciudad en la que nació hace 55 años, para anunciar que debaja la crítica de arte. Tenía motivos: a él le gustaba citar a González Ruano como ejemplo de escritura clara frente al insoportable ejercicio de pedantería en el que se ha convertido el género. Esa fiesta, con una invitación que decía «After the poison» («Después del veneno»), anunciaba para sus más íntimos una despedida final. Por las mismas fechas había recibido la confirmación de su deteriorado estado de salud. La vida mata. Los amigos de Francisco Rivas Romero-Valdespino creen reconocer en esa triste convocatoria la mano ácida, radical e irreductible de Quico Rivas. El domingo 25 de mayo, Alfredo Valenzuela publicaba una entrevista con él, la última: «Siempre he sido un francotirador», confesaba.

 

«Los Fantasmas de Madrid»

Después de fundar, junto a Juan Manuel Bonet, el Centro de Arte M-11 en 1973 -no habría que olvidar que allí expuso por primera vez Luis Gordillo-, se trasladó a Madrid, donde le esperaban colegas que hicieron que la «movida» fuera algo más que un salón de baile:Dis Berlin, Luis Baylón, Pérez-Mínguez y, sobre todo, Alberto García Alix, fotógrafo al que le organizó su primera exposición individual, en 1981, en la Galería Buades. Poeta, pintor, comisario de exposiciones (la que le dedicó al suicida Alberto Greco en 1985 quedará ahí), su vínculo con aquella época, y con lo que supuso la pintura de los años ochenta (Alcolea, Quejido, Pérez Villalta, Chema Cobo), se verá en «Los Fantasmas de Madrid», exposición que preparaba junto a Encarna Escribano para el Reina Sofía. Quico Rivas marcaba la diferencia con un irredento anarquismo que le llevó a la huelga de hambre junto con los basureros de Tomares (Sevilla). El lunes fue incinerado en Madrid. Descanse en paz.

Manuel Calderón

MADRID. LA RAZON

www.larazon.es

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