Una visión de los cinco últimos años del arte español

Arco' 86

La inauguración oficial de Arco 86, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, que desde mañana ofrecerá en la Casa de Campo de Madrid una amplia oferta de la plástica moderna, ha acelerado un programa de exposiciones privadas y públicas que coincide con la celebración de aquella feria. Una de esas exposiciones, inaugurada ayer, ofrece una visión de los cinco últimos años del arte español. Por otra parte, las galerías que han renunciado a estar presentes en Arco han elaborado su propia oferta expositiva. Una exposición de obras de José María Sert, inaugurada ayer por los Reyes, completa el amplio panorama de las muestras artísticas abiertas en Madrid esta semana.


Entre las muchas y muy diversas actividades artísticas que se exhiben estos días en Madrid, aprovechando la presencia de profesionales nacionales e internacionales con motivo de la celebración de Arco 86, hay que destacar la muestra que ha organizado la Fundación Caja de Pensiones (calle de Serrano, 60), con el título 1981 -1986: pintores y escultores españoles, en la que hasta el 11 de mayo puede contemplarse una selección antológica de 16 artistas de nuestro país, todos los cuales tienen en común el haber nacido en fechas posteriores a 1940, pero, sobre todo, haber realizado una obra que ha despertado particular interés en la presente década. Entre los seleccionados nos encontramos con figuras más veteranas, como Gerardo Delgado (Olivares, Sevilla, 1942), Soledad Sevilla (Valencia, 1944), Susana Solano (Barcelona, 1946), José Manuel Broto (Zaragoza, 1949) o Ferrán García Sevilla (Palma de Mallorca, 19,49), todos ellos con una trayectoria y un prestigio bien establecidos a sus espaldas, junto a otros más Jóvenes, algunos de los cuales son ya celebridades internacionales, como Miguel Barceló (Felanitx, Mallorca, 1957) y José María Sicilia (Madrid, 1954), o que están en vías de conseguirlo, como Juan Uslé (Santander, 1954), Juan Muñoz (Madrid, 1953), Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956), María Gómez (Salamanca, 1953) o Guillermo Paneque (Sevilla, 1963).En la relación de los presentes restan los sevillanos José María Bermejo (Olivares, 1952) y Patricio Cabrera (Ginés, 1958), el bilbaíno Juan Ugalde (1958) y la madrileña Pilar Insertis (1959), quizá estos tres últimos los aún menos comparativamente famosos, a pesar de que sí han sido aireados en diversas exposiciones.

Así que no hay duda del interés del plantel de artistas que ha escogido María Corral, cuya capacidad profesional para promocionar las últimas generaciones españolas ha sido revalidada a través de una sucesión de muestras antológicas organizadas por ella en la presente década, desde Otras figuraciones hasta En tres dimensiones. Con todo, no creo que a estas alturas sea aún suficiente sólo con el hecho de que los elegidos para participar hayan realizado una obra de calidad indiscutible, sino, además, hay que saber elegir las piezas adecuadas, llevar a cabo un montaje escenográfico que saque el máximo partido de las mismas y, en definitiva, trabar con sentido la historia que justifica el que estén excepcionalmente reunidas en una misma plataforma.

En 1981-1986: pintores y escultores españoles, se dan casi todas estas características positivas, lo cual es oportuno, a sabiendas del ambiente internacional con que se está actualmente recogiendo todo lo referente al arte español, y cuando lo digo no estoy pensando únicamente en la feliz coincidencia de Arco 86, sino en el éxito que justo en estos momentos están alcanzando varias muestras de nuestro país en Alemania (Spanische Bilder en el Kunstverein, de Hamburgo) y en el Reino Unido (Three Spanish Artists, en la Sepertine Gallery, de Londres, o Double Figures en el Museum of Modern Art, de Oxford), por no insistir en la muestra individual que tiene Antonio López García en la Marlborough, de Nueva York, o la que inaugurará allí Barceló en la galería de Leo Castelli, además de la que exhibe ahora en Boston.

Ha sido acertado el criterio de aplicar un concepto generacional más amplio e inteligente del que ha sido hasta ahora más habitual. Me refiero al hecho de no haberse limitado al concepto restrictivo de lo ultimísimo porque sí y a cualquier precio, llegándose casi con ello a la deformación grotesca de una caza y captura del adolescente anónimo, la mayoría de las veces para sacrificarlo en aras de una falsa o mal planteada ilusión.

Por lo demás, montaje y catálogo responden al alto nivel acreditado por la Caja de Pensiones de Madrid, así como la selección de las obras expuestas, particularmente acertada, desde mi punto de vista, en los casos de Soledad Sevilla, Gerardo Delgado, Susana Solano, Juan Muñoz, María Gómez, Guillermo Paneque y Pilar Insertis. Por último, como me parece ocioso pronunciarse, en este caso, desde una perspectiva que enjuicie la calidad de los artistas reunidos, la mayoría célebres y en un momento feliz, quizá lo único que haya que hacer es llamar la atención sobre la reveladora pujanza de Guillermo Paneque o la contundente solidez de nuestros escultores, representados aquí por Susana Solano con una pieza soberbia y por Cristina Iglesias y Juan Muñoz. De todas formas, ¿no podría haber en la muestra otros artistas tan buenos como los seleccionados? A este pero, inevitable en cualquier antológica, se puede contestar en ésta con la evidencia de las limitaciones del espacio.

F. CALVO SERRALLER 09/04/1986

Deja una respuesta