La belleza contaminada.(REPORTAJE)

No image

Mar Villaespesa, crítica de arte y actual directora de la revista Figura, se plantea describir y analizar la obra de estos jóvenes artistas sevillanos. Ella ve en la imaginería que puebla las obras de estos pintores una aproximación distinta al concepto de belleza en el arte y descubre en la escena lo que ella llama la belleza contaminada. Las imágenes que a esta generación de artistas, sugieren las ideas de deseo, paisaje o violencia no responden al tópico que podrían generar.

Una cocina ultramoderma puede ser una interpretación del deseo y un televisor el de una estampa navideña.La exposición 8 pintores juntos, en el Colegio de Arquitectos de Sevilla, y Ciudad invadida, en el Museo de Arte Centemporáneo, además de lo que pudo significar la feria Arco, en Madrid, fueron acontecimientos importantes pasa la difusión de la obra de esos artistas. Las galerías Juana de Aizpuru y La Máquina Es-pañola empezaron a apoyas una especie de movimiento que ya existía. También les prestaron atención las galerías de Rafael Ortiz y Fausto Velázquez. 

La estrategia imponía sobre todo la promoción de los artistas fuera de España, y tantogaleristas como pintores tienen siempre un pie en el avión. Las ferias internacionales son el campo que más les interesa para escapar no sólo a la escasez de coleccionistas en el n-wrcado andaluz, sino la debilidad en general del coleccionismo en España, atrap o por una legislación que, lejos de apoyarlo, lo anquilosa.

Crisis de la utopía

"En los años ochenta existe una crisis de la utopía", dice Mar Villaespesa. "Se puede decir que la obra de estos artistas es una obra sociológica, en cierto sentido. Una obra que dice sí a movimientos como la transvanguardia por los que plantea del artista como héroe. En la transvánguardia el artista asume otro rol, con una visión más subjetiva. Estos artistas contestan y no aceptan la imposición de una verdad como categoría universal. Responden con una negación de lo subjetivo, con una negación de la verdad".

"Ellos entran al juego del mercado del arte con planteamientos muy claros. A Federico Guzmán le interesa el tema de la energía y en el fondo es el único que todavía cree en la utopía. Espaliu, Paneque, Agredano, son como la otra cara de la verdad. Existe una especie de arco voltaico que une a Beuys y Warhol, figuras clave del arte contemporáneo. Si Beuys es el chamán, Warhol representa el hechizo. Ellos apuestan por Warhol como wotidianizador de la fascinaw,ión. El valor de estos artistas sevillanos puede que resida en que reflejan sin temor el momnento que viven. El reto que se les presenta puede ser el de quedar anclados en los ochenta. No van al arte por el arte, ni a la expresión por la expresión. Ellos piensan que hay que asumir una actitud frente al arte que se refleje en la obra".

F. J. 12/12/1987

Deja una respuesta