«Vivimos un perpetuo presente en el que todo sucede en riguroso directo». Tete Álvarez

Tete Álvarez, junto a una de sus obras en Arte21. Foto: EldíadeCórdoba.

El artista afincado en Córdoba, Tete Álvarez (Cádiz, 1964) exhibe por primera vez una selección de sus obras en una galería privada de la ciudad. Arte21 acoge hasta el 29 de febrero Topografías, que incluye tres series fotográficas que responden a su interés por los sistemas de representación y el espacio público como territorio de negociación. 

-¿En qué consiste esta exposición? 

-Traigo tres series fotográficas que son fruto del trabajo de los últimos tres años. Abundan sobre mis intereses artísticos, tramas urbanas, la deriva, la aproximación del territorio a través del mapa y los sistemas de representación. La primera serie se llama Transurbancias y está hecha con un collage formado por imágenes de satélite de diferentes tramas urbanas. Sobre eso he ido poniendo capas a manera de palimpsesto de mapas de diferente época y procedencia, de sistemas de transporte o flujo de comunicaciones, conformando una especie de tapiz con ellas para aludir a la calidad de que un sitio pueda ser muchos sitios a la vez. La segunda se llama Vértices, es una serie en blanco y negro que documenta unos hitos geográficos que están repartidos por el territorio, están materializados en cilindros de hormigón de 1,20 metros. Lo que hago es una labor de compilación y de documentación de estos hitos que son unas referencias geográficas geolocalizadas que se utilizaban antes de la existencia de sistemas de tecnología de geolocalización, satélites y GPS para determinar exactamente los puntos de coordenadas conocidas dentro del territorio. Están dispuestos formando triángulos, entonces podíamos conocer la localización de cualquier punto conocido que se insertara dentro de tres vértices también conocidos mediante triangulación. Esto alude a lo que algunos han calificado como el fin de la geografía, cuando las distancias se reducen o eliminan por la velocidad de los flujos de comunicación, y eso es lo que quiero transmitir en esta serie. La tercera se llama Ciudades líquidas y parto también de imágenes de satélite de cascos urbanos de ciudades históricas como Estambul, Cagliari o Córdoba. Hago una metamorfosis de su trama urbana y por medio de procedimientos digitales las convierto en un líquido denso y fluido a la vez, aludiendo a la metáfora de lo líquido y del fluir como definitorio de la experiencia urbana. 

-¿Por qué esa obsesión por el espacio público urbano? 

-Porque es donde se dilucidan muchos de los intereses que tenemos, en el espacio público o lo que queda de él porque gran parte del espacio público está privatizado, de ahí mi interés por llevar al territorio a pie de calle mis prácticas o intereses artísticos. 

-¿Qué espacios de conexión hay en estas fotografías? 

-Todas hablan de la geografía. Me interesa mucho el concepto de espacio y el de tiempo en la época de la comunicación en tiempo real y cómo habría que redefinir estos dos conceptos. El espacio ha quedado reducido por la velocidad de los flujos de información; es decir, las distancias han quedado reducidas a cero, hay quien incluso dice que han quedado abolidas, y por otro lado la noción que tenemos del tiempo en el momento de desarrollo de los sistemas de comunicación ha cambiado mucho. Antes conocíamos el tiempo histórico como un pasado, presente y futuro y ahora este tiempo histórico ha quedado abolido por este perpetuo presente en el que todo sucede en riguroso directo, en tiempo real. Son las bases sobre las que trabajo. A veces he relacionado espacio-tiempo, que son las dos magnitudes que me interesan tanto física como filosóficamente, y ha dado lugar a series como Foto finish. 

-A su parecer, ¿en qué situación se encuentra el arte en Córdoba en estos momentos? 

-Habría que diferenciar el trabajo de los artistas del andamiaje tanto institucional como comercial que necesitan para difundir su obra. Por una parte la calidad de los artistas cordobeses es indiscutible, pero evidentemente faltan métodos para proyectar su obra. Es decir, estamos asistiendo últimamente a cierre de salas, clausuras de programas artísticos… Evidentemente eso es bastante lesivo, negativo. La verdad es que la crisis ha soplado para todo el mundo pero lo primero en lo que se tiende a recortar, quizás porque se considera un gasto superfluo, es la cultura. Ha sido quizás la más castigada. 

-El consejero de Cultura presentó recientemente el Espacio Andaluz de Creación Contemporánea de Córdoba, antes llamado C4. ¿Qué le parece este cambio de nombre? ¿Y el proyecto del centro? 

-Había una intención quizás de diferenciarlo del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Con este cambio no tengo ningún problema, sólo que el acrónimo coincide con el Espacio de Arte Contemporáneo de Castellón. No creo que el problema sea de nomenclatura sino de definición y de ver realmente qué se va a hacer allí. 

-Aún no hay un proyecto funcional. 

-El otro día el consejero nombró algunos de los caminos que puede llevar el centro, que va a ser un espacio de producción, investigación y formación. Creo que es realmente importante que los artistas tengan medios de producción, es decir, que tengan acceso a la tecnología, que los investigadores puedan llevar a cabo su tarea y que haya una parte formativa y didáctica importante. Yo creo que ésas serían las tres patas del banco: producción, formación y divulgación. Se le podrían facilitar los medios de producción a los artistas, el acceso a la tecnología, que muchas veces es inaccesible. Facilitar el intercambio, los talleres, todo esto creo que va a revertir en el desarrollo de la comunidad artística andaluza. Lo que tenemos que comprender es que no es un centro de exhibición. El centro de arte de Andalucía está en Sevilla, no tendría sentido hacer otro a 130 kilómetros, por eso veo bien que se diferencie este espacio.

 
http://www.eldiadecordoba.es/
ÁNGELA ALBA / CÓRDOBA | ACTUALIZADO 30.01.2012 
 

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