PAINT IT BLACK. Alejandro Durán. Sala La Perrera, Valencia.

Invitación. Paint it Black, Alejandro Durán. Sala La Perrera
Con el título Paint it Black, se presenta en la Sala La Perrera de Valencia el próximo viernes 23 de abril la exposición individual de Alejandro Durán (Sevilla, 1978). A través de una seríe de obras sobre papel nos enfrentamos verdaderamente a una serie de pinturas “negras”, no por ser negras en cuanto al color, si no por la opacidad y resistencia que ofrecen a una lectura total a pesar de su fácil y amable impresión inicial.

La exposición se resume en un conjunto de piezas del mismo formato, que abordan principalmente la efigie de una persona de manera dispar y sin limitar las posibilidades creativas del artista, donde llama la atención el buen gusto por el color, la composición y la descripción de las formas, claras referencias a un deleite por lo clásico. Bajo este retrato principal subyace un segundo dibujo del cual sólo se puede apreciar parcialmente y que de alguna manera reduce o potencia, según se mire, el significado del dibujo principal, negándose o reafirmándose en el conjunto del marco que los limita. Aunque de manera predominante, sobresale narrativamente entre los dibujos el más visible, no puedo evitar meditar sobre cómo debe de ser el dibujo al otro lado. Me sugiere que la historia principal de cada obra es una imagen devuelta, como si del espejo se tratara,  por lo que surge el deseo de querer pasar a través de él y descubrir de primera mano lo que ocurre ahí detrás. Es entonces cuando uno duda, limitado por lo físico,  si ve todo lo que aquello representa, y de como un simple juego de yuxtaposiciones de papeles dentro de la obra hace tambalear todo acto de comunicación directa con lo que se ve.

Acompañando al conjunto de dibujos, se muestra en una de las salas un fragmento de la adaptación de Disney de 1953 de la célebre obra de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas (Alice’s Adventures in Wonderland), película basada en a su vez en dos libros de Carroll: Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo. La escena seleccionada es aquella en la que aparece una oruga, que mata su tiempo fumando y cantando, y que hace reflexionar a Alicia sobre su estado, con la enigmática pregunta: ¿Quién eres tú?, ante la que ésta no es capaz de concebir una respuesta sin dudar de su propio ser y estar. Este fragmento de Carroll analizado desde un punto de vista cartesiano, suscitado por el pensamiento de René Descartes, nos enfrenta a una serie de problemas metafísicos, una filosofía que trata de averiguar la sustancia del objeto, por ejemplo, El Gato de Cheshire en este mismo film, ¿Qué le hace al gato ser gato?, en realidad, los retratos que nos ofrece esta exposición no es una mera reproducción mecánica de los rasgos, sino que entra en un juego para redefinirse como tal a través de un «sueño dentro del sueño», un punto de contacto con el mundo de ficción y la realidad.

En Paint it Black se ofrece esa imagen opaca e indefinida del retrato que es devuelta quizás por la lógica y la razón que sin duda existe para un propósito, siempre sugerente y mordaz, las piezas y el montaje de la exposición nos propone un juego, la obra en su conjunto componen una historia inacabada, sugerida,  donde encontramos distintos personajes, algunos de ellos fáciles de reconocer en nuestra historia colectiva, un “todo-parte”. Inacabada,  como el propio montaje de la misma exposición, en la que podemos encontrar piezas aun apoyadas en la pared, listas para ser colgadas o desplazadas a otro lugar. Como un “divertimento” aparente como puede resultar el propio fragmento de Alicia en el país de las maravillas, representa una imagen metonímica del espíritu humano, de la sensibilidad del artista que interpreta los rasgos de su pensar en el proceso creativo, y como tal, se manifiesta la duda, la afirmación, la negación, el deseo, la inventiva o las sensaciones.

En Paint it Black se anticipa, además, la nueva obra de este joven pintor, aun no expuesta y solo visible en la propia invitación, haciendo valer de nuevo el acto de ocultar, y que sin duda en esta exposición nos avanza que no será fácil de llegar a ella,  ni tiene interés en que sea algo ordenado, lógico.  Para Alejandro Durán, la creación no se debe de centrar en la evidencia, ni lo previsible, y aun mucho menos en el orden y la norma, sino en extraer de un lenguaje desordenado, una aproximación al individuo y a su naturaleza frágil e incierta.

SALA LA PERRERA

VALENCIA (ESPAÑA)

Agradecimientos por los materiales de preparación y materiales para la obra a arcashop.es

 

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