Pereñíguez: del arte como transmisor de valores. José Miguel Pereñiguez. Galería rafael ortíz

José Miguel Pereñiguez. Foto ABC. GOGO LOBATO. Añadida por webmaster

El pasado año, un estudio genético reveló que la tumba que la localidad de Weimar dedicaba a Friedrich Schiller no contenía los restos del poeta, al que hasta entonces la tradición creía enterrado junto a su amigo Goethe. Esta singular noticia aparecida en la prensa atrapó la atención de José Miguel Pereñíguez, que ahora se inspira en este episodio para Presencia de ánimo, la primera individual que presenta en la Galería Rafael Ortiz y en la que reflexiona sobre la función del arte como transmisor de ideales y aspiraciones.

Precisamente, uno de los primeros dibujos que se encuentra el visitante recoge un busto de Schiller, pieza inicial de una serie de diez obras que avanza desde la solemnidad de la efigie hasta la desnudez de unos ramajes. "Había en esa historia de los huesos un potencial que me interesaba", cuenta el artista sevillano, que halla en "la cuestión un tanto idealizada del poeta romántico" un medio para investigar "cómo se representa el retrato".

Schiller no es el único creador invocado en el imaginario de Pereñíguez: en el recorrido de Presencia de ánimo también tienen cabida otras referencias que han calado en la sensibilidad del autor, como el método de composición de Schoenberg o el Cuarteto para el final de los tiempos de Messiaen y su estremecedor estreno en un campo de concentración alemán.

Pese al peso intelectual, la búsqueda de un sentido, de la propuesta, la producción de Pereñíguez pone el acento en la forma, en la elaboración de una narrativa que tiene en la continuidad su aspecto más llamativo. "Quería hacer un trabajo en el que hubiera una ligazón entre todas las piezas, de forma que cada dibujo tuviera un trazo del dibujo anterior, como si fuera una secuencia", argumenta Pereñíguez.

Para este particular acercamiento a la historia del espíritu, su artífice compone con objetos de su entorno cotidiano el motivo que le interesa retratar y, así, utiliza el dibujo como testimonio de una realidad creada anteriormente. "Antes la ilusión radicaba en el propio dibujo como forma de representación, como algo que tú puedes alterar a voluntad y en el que puedes hacer que algo que es duro parezca blando. Pero en esta ocasión, tenía mucho interés en reconstruir las cosas primero, y que el dibujo se presentara como un documento de lo que ha sucedido en el estudio", argumenta el creador.

Hay, igualmente, otro cambio de enfoque en Presencia de ánimo: aquí las referencias son más explícitas que en otros trabajos de Pereñíguez, hasta el punto de que el autor muestra en una vitrina, como pistas para orientar al espectador, algunas de las lecturas que han estimulado la imaginación del artista. "En realidad no sé por qué ha surgido así, porque no me gusta dar nada muy masticado", sugiere Pereñíguez, "pero esta exposición tenía un fardo muy grande de ideas y me gustaba que, esta vez, el público tuviera a mano el mismo material que he estado manejando yo".

Aunque reconoce que "no es una cuestión de táctica" y no descarta volver al lienzo, el autor expresa su satisfacción con el dibujo. Como asegura, "tiene unos valores que ahora me interesan más. Elimina variantes que están en la pintura y que hacen que ésta sea más compleja. Me atrae partir de materiales simples para hacer algo refinado, sin abarcar muchos medios ni contar con una técnica complicada".

Las decisiones tomadas, en todo caso, parecen haber funcionado. Así lo confirma que galeristas como Rafael Ortiz programen su obra o que un maestro como Luis Gordillo lo escogiese para la beca del Premio Velázquez. Pero Pereñíguez no se muestra abrumado. "No hay tanta efervescencia alrededor de esto. Fue una historia casi irreal un reconocimiento por parte de alguien como Gordillo, pero todo está tranquilo. Son pasos sucesivos que vas dando, que sabes que están asentados, y no existe sensación de vértigo", relativiza. Para crear, dice, hace falta detenimiento, "y eso, por suerte, no se ha violentado. No tengo quinientas galerías esperándome en la puerta".

 
El sevillano presenta en la galería Rafael Ortiz ‘Presencia de ánimo’, una serie de reinterpretaciones de referencias culturalesl ‘Presencia de ánimo’. José Miguel Pereñíguez. Galería Rafael Ortiz (Mármoles, 12). Hasta el 27 de febrero. Horario: de lunes a viernes, de 18:00 a 21:00; martes a viernes, de 11:00 a 13:30 y 18:00 a 21:00; y sábado, de 11:00 a 13:30.
 
Braulio Ortiz / SEVILLA | 18.01.2009

Deja una respuesta