Creación y difusión en Sevilla

Jesús Reina Palazón

En una ciudad tan hermosa y ensimismada como Sevilla, la creación y la difusión del arte contemporáneo encuentra dificultades, pero lo importante es resistir.
El arte no puede ser indiferente. El feminismo, el arte y género, el sufrimiento humano, el poder, la política, y la tragedia cotidiana son los temas de los que el arte se sirve para reflexionar. Lo que lo distingue es el foco.

En cierto modo, el arte nos puede sorprender por sus contundentes propuestas y por sus radicales denuncias. Porque el arte no puede vivir indiferente a las tragedias de su entorno.
Pero la creación rechaza con firmeza caer en el panfleto y recuerda que el arte no es un coto reservado a las formas y el puro experimento. La fotografía, el vídeo, la pintura, las instalaciones y el texto son armas que los artistas usan para reflexionar y mostrarnos sus creaciones.
Como argumenta la artista vallisoletana Dora García, “la ficción es el único modo de construir la realidad, de aprenderla. Es una necesidad.”

La fotografía, según el experto y gran comisario Alberto Martín, “es un medio que siempre ha estado asociado de un modo u otro a la construcción de una mirada sobre el mundo. Cuando esa construcción se configura con rotundidad conlleva, además,el desarrollo de una experiencia sobre los lugares y las personas”.
Aquí podríamos mencionar las fotografías y vídeos de la artista sevillana Pilar Albarracín, que utiliza la parodia y la ironía para desacralizar nociones presentadas como verdades casi indiscutibles. Y si seguimos en la fotografía, tenemos que mencionar a Juan Del Junco, jerezano que trabaja en Sevilla y que desarrolla una mirada hacia el mundo natural, mediada por la observación y el conocimiento científico; las fotografías y vídeos de Manolo Bautista, que descontextualizan la realidad y crean un atmósfera extraña, diferente de lo habitual, con aires de verosimilitud; a Jorge Yeregui, quien aborda la naturaleza, los jardines, los espacios, las casas abandonadas; a Juan Carlos Robles, sevillano que elabora un discurso particular sobre la construcción de sujeto/individuo y la ciudad, pero fácilmente extrapolables a cualquier otro lugar; o los vídeos y el largo de Guillermo Paneque.

Más allá de los jóvenes creadores que utilizan la fotografía como soporte, quiero destacar la curiosidad intelectual y humana que el veterano pintor Ignacio Tovar (Castilleja de la Cuesta, Sevilla, 1947) ha ejercido siempre con las nuevas generaciones y sus propuestas. Su incansable interés por ver todo lo que se expone, en todas partes, con Eduardo y Sema D’Acosta.

Y citar también la ósmosis entre dos generaciones, la de los 80 y la del 2000:
En los 80 hay que destacar las fotografías y vídeos de Gonzalo Puch, las obras de Rafael Agredano, las pinturas complejas, vídeos y esculturas de Curro González, la iconografía vegetal y su compromiso solidario con el Sahara de Fede Guzmán y Alonso Gil.
Están también los dibujos barrocos de Antonio Sosa, las pinturas de Patricio Cabrera, Abraham Lacalle, Ricardo Cadenas, Javier Buzón y las creaciones iconoclastas de Pedro G. Romero.

En el 2000 nos encontramos con una generación de jóvenes pintores sevillanos compuesta por Miki Leal, José Miguel Pereñiguez, Rubén Guerrero, Ramón David Morales, Cristóbal Quintero, Javier Martín y Felipe Ortega Regalado; las féminas Gloria Martín, Susana Ibáñez, María José Gallardo y Montse Caraballo, que demuestran mayoritariamente la vigencia de la pintura aquí y fuera de España; lo multidisciplinar, lo híbrido y la presencia del doble de los hermanos MP&MP Rosado; y las instalaciones y dibujos de Jesús Palomino y Martín Freire.
En Sevilla contamos también con BNV Producciones, una empresa de producción cultural contemporánea que se ocupa de producir, coordinar, diseñar y montar exposiciones. Integrada por Miguel Benlloch, Joaquín Vázquez, Alicia Pinteño, Manuel Prados y Felisa Romero, crean un diálogo entre arte y espacio social, lo que les ha conducido a impulsar proyectos que intentan interrelacionar la experiencia artística contemporánea con el contexto donde se presenta y a su vez, a entender el contexto no sólo como el lugar de presentación sino como un espacio que genera esos mismos proyectos. Proyectos como Plus Ultra, comisariado por Mar Villaespesa, en colaboración con Berta Sischel y José Lebrero; Ir y venir de Varcácel Medina, comisariado por José Díaz Cuyas; y Desacuerdos sobre Arte, Política y Esfera Públicas en el Estado Español, exhibido en Sevilla y por Andalucía, son algunos ejemplos de sus producciones y eventos realizados, aparte de los cursos de la UNIA, Arte y pensamiento.

Es necesario plantear un diálogo con el espacio social, que se enfrenta a una reflexión sobre los límites del arte como objeto de consumo, que a partir de un contexto, permite a los artistas invitados desarrollar obras capaces de crear otra sensibilidad y una redefinición tanto de arte como de cultura. Generar un proceso de reflexión y producción que sustituya a la fórmula cultura/ocio/espectáculo por cultura/acción/reflexión/documentación. Deberíamos convertir la vida en arte, para que no sea la confección de un yo, sino algo que sea un diálogo con el otro.
Es justo también, en el panorama sevillano, felicitar a Rafael Ortiz y Rosalía Benítez por su labor heroica y profesional de sus 25 años de galerismo serio, atento y bien hecho, con su exposición Aprendiendo a mirar, cuyo título demuestra su humildad y su capacidad de enseñarnos a seguir observando y a mostrarnos otros “modos de ver”, como John Berger: Ser galerista, ser espectador, coleccionista es encontrar entre las creaciones actuales lo que transciende en algo significativo…

Por último, quisiera destacar la labor de Paco del Río y sus comisariados, con la Obra Social de Cajasol; los textos, seminarios y la docencia de Juan Bosco Díaz-Urmeneta, y las críticas de José Yñiguez, Sema D’Acosta, Iván de la Torre y las columnas de Diego Valdés, entre otros muchos.

 
Jesús Reina Palazón. Comisario de exposiciones.
http://blogs.elcorreoweb.es
 

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