Un toro zaino protagoniza el cartel taurino 2009 de la Real Maestranza

Juan Manuel Bonet, Alfonso Guajardo Fajardo, Manuel Salinas, Eduardo Canorea y Ramón Valencia. MILLÁN HERCE

La obra del pintor Manolo Salinas sucede al controvertido cartel de Miquel Barceló y se suma a la espectacular colección de la Corporación maestrante.

Es un toro zaino, potente, «muy sevillano», como diría algún espectador; parece acaba de pisar el ruedo y aún está fuerte, con trapío, con arrogancia. Este toro, que quiere salirse de un cuadro para aproximarse al espectador, es el protagonista del cartel anunciador de la temporada taurina 2009 de la Real Maestranza de Sevilla.

Obra del pintor Manolo Salinas, el lienzo lleva en su parte superior el escudo de la Real Maestranza de Caballería en un color ocre, único color, además del blanco y negro que se permite el artista.

Ayer, el Teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza, Alfonso Guajardo Fajardo hizo la presentación en sociedad del lienzo-cartel, encantado con el resultado de este encargo realizado a Salinas. «En un principio estuve algo inquieto cuando encargamos el cuadro. Salinas es un pintor abstracto y pensé, a lo mejor ahora nos pinta seis rayas y tenemos que creernos que son seis toros, y por eso le dije a Manolo algo que no había hecho nunca: haz un boceto y me llamas. Y a la semana me llamó. Cuando llegué a su estudio, no había un boceto, sino que en lo alto de la escalera vi el cuadro, éste, ya firmado. Gracias a Dios la cosa no tenía arreglo porque creo que el resultado es magnífico».

El lienzo se une así a la espléndida colección de carteles que la Real Maestranza de Caballería inició en 1994 gracias a la iniciativa del desaparecido pintor y maestrante, Juan Maestre. En esta colección se atesoran piezas de Barceló, Alex Katz, Larry Rivers, Eduardo Arroyo, Carmen Laffón, Manolo Quejido, Botero, Pérez Villalta, Félix de Cárdenas, Juan Romero, Ricardo Cadenas o Paco Reina, entre otros.

La sorpresa del experto

Cartel de la Temporada 2009 por Manuel Salinas

Por su parte, el crítico de arte Juan Manuel Bonet, quien también presentó en su día los carteles Katz y Barceló, dijo en su intervención que conocía a Salinas desde los años 60, «desde los tiempos del Club La Rábida y de la galería Pasarela. Los años en que vivimos la Sevilla de Zobel y de la gran aventura que supuso el centro M11, donde se daba a conocer la obra del grupo Crónica, Gordillo, Millares o Saura. Salinas estaba allí, en aquella apertura cosmopolita de Sevilla que a veces es tan difícil y cuesta tanto».

Destacó la carrera pictórica de Salinas, su paso por galerías míticas como Buades (Madrid) o Gres (Barcelona), o cómo su obra había sido difundida a través de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior recientemente, «una de cuyas exposiciones fue inaugurada por los Reyes de España en Bulgaria», apuntó.

Sobre el cuadro, Bonet manifestó que «como decía Matisse, el negro es un color», y se mostró sorprendido por la composición del mismo, «yo esperaba un cartel abstracto o que reconstruyera el ambiente de la fiesta de los toros a base de colores. Una vez más, Salinas me ha sorprendido».

Los empresarios de la plaza de toros de la Maestranza, Eduardo Canorea y Ramón Valencia, mostraron su satisfacción por la obra de Salinas, «es un cuadro espectacular, es como un grito potente que surge de la pared. Además nosotros estamos contentos porque este cuadro tiene excluido el amarillo y eso nos tranquiliza. Seguro que la feria no se va a mojar», puntualizó Canorea.

Manolo Salinas: «Yo quería seguir viviendo en Sevilla tranquilamente»

Manuel Salinas es un sevillano cernudiano que calladamente ha hecho con su pintura un recorrido seguro, firme y sin concesiones. Ayer, ante la presentación del cartel taurino de la Real Maestranza, Salinas tenía una compañía excepcional, su madre, María Asunción Milá que se mantuvo en un decidido y firme segundo plano. El artista dijo que tomó el encargo de la Real Maestranza de Caballería con enorme ilusión, «me volqué muchísimo en el cuadro porque no quería pintar un muñeco y además —añadió con humor— quería seguir viviendo en Sevilla tranquilamente», manifestó en alusión a otros controvertidos carteles. El pintor explicó que, «he querido hacer un toro con la fuerza con la que sale a la plaza y reflejar la belleza del animal, pero tratado sólo en tonos negros y blancos».

Viernes, 12-12-08

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