«Félix y su amiga F», Juan Carlos Bracho

Félix y su amiga F, de Juan Carlos Bracho

Desde 2003, año en el que Juan Carlos Bracho (La Línea de la Concepción, Cádiz, 1970) comienza su trayectoria en solitario, este artista andaluz ha desarrollado su trabajo alrededor del dibujo y del propio acto de dibujar.

Partiendo de pequeños gestos y mediante la repetición sistemática de elementos mínimos intrínsecos a esta práctica -rayas, puntos, trazos-, Bracho elabora una serie de imágenes y escenografías que le han servido para plantear un discurso ya consolidado, desde el cual reflexiona sobre los tiempos de la mirada y el significado de las imágenes; sobre las posibilidades que ofrece el paisaje como campo de transformación simbólica; sobre la disciplina y el rigor de la práctica artística en contraste con las ideas de genio y los tópicos románticos; y finalmente, también, sobre la experiencia estética como sublime catarsis, en un presente que huye de semejante responsabilidad.

Su intensa y novedosa práctica del dibujo, que él entiende como disciplina “expandida”, han situado a Bracho en poco tiempo en el grupo de cabeza dentro de los artistas de su generación. Así lo demuestra su trayectoria que, avalada con importantes premios nacionales y el reconocimiento crítico, le hicieron merecedor en 2007 de unos de los premios Iniciarte. Fruto de ese programa de apoyo al arte andaluz es esta exposición, donde se viene a cerrar todo un largo ciclo dentro de su producción, y para la que el artista ha producido expresamente el vídeo que da título al proyecto.

Félix y su amiga F es un auténtico work in progress que tiene como punto de partida un trabajo de taller realizado en Hangar, Barcelona, en junio de 2003. Una primera grabación de 4 horas, 45 minutos y 37 segundos, a través de la cual se registraba a tiempo real la realización de un dibujo de rayados paralelos que, trazado directamente sobre la pared, y con enorme paciencia, componía al final una suerte de hipnótico y repetitivo mantra.

Juan Carlos Bracho. Foto: www.lavozdigital.es / EUROPA PRESS

Durante estos últimos seis años Bracho ha retomado en varias ocasiones ese proyecto; un trabajo que no ha tenido un desarrollo lineal ni continuo. Félix y su amiga F cuenta con un tiempo lento, como el de la propia obra, un proceso interno donde las diferentes pruebas y errores se han desbordado en una serie de obras que dilatan la idea original. Característico de todos los trabajos que conforman este vasto ciclo serán la rigidez conceptual y el proceso metódico, paciente y muy meticuloso que, sin embargo, ofrecen como resultado en cada una de las piezas un intenso espacio sensorial. Es aquí donde el espectador encontrará lugar para dejar vagar su propia mirada y proyectar percepciones y memorias personales: “la secuencia montañosa de una cordillera entre la niebla, la olas del mar, una densa lluvia que no cesa, el rastro de un sonido infinito, la lectura de un seísmo de proporciones gigantescas. Todo y nada”.

Experimentar con las coordenadas del espacio y del tiempo supone aquí, en definitiva, una propuesta de pausa tanto para la reflexión como para la introspección. Porque la de Bracho es, a pesar de su aparente frialdad, contención y distanciamiento, una postura de obstinación e, incluso, de cierta rebeldía y compromiso con el propio trabajo. Todo ello contrasta con la realidad que nos rodea, donde se apunta a una aceleración tan desmesurada de la experiencia, la mirada, la contemplación y el despliegue de los sentidos, hasta el punto de disolverlos por completo. Bracho propone, pues, una alternativa terapéutica que revitalice la función estética en el presente sin renunciar a una forma última de belleza.

Agnolo Tori

Del 24/01/2009 hasta 15/03/2009

Horario de 12 a 20.00 h de Martes a Domingos y Festivos
Espacio Iniciarte
Santa Lucía 10
41003 Sevilla
www.museosdeandalucia.es

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