Grúas Lozano 2010: un mecenazgo con altura

Certamen de Gruas Lozano 2010

Con Grúas Lozano ha vuelto la cultura del ladrillo. En la duodécima edición del certamen de pintura que organiza el mecenas artístico Juan Lozano ha obtenido el primer premio la obra Plato’s Wall, de Rodrigo Vargas (Fregenal de la Sierra, Badajoz 1976). "Un remix de la caverna de Platón y el muro de las lamentaciones", dice el pintor, profesor de Secundaria en un instituto de Cañada Rosal. "Lo que parecía sólido se ha caído como un castillo de naipes. En los huecos de los ladrillos están los deseos y oraciones de la gente que lo está pasando mal".

 
Juan Lozano, el albaceteño que puso en marcha el certamen, también se acuerda de esa gente. La portada del catálogo es un collage de colas de desempleados. La contraportada es una pintura de Lozano que describe una de sus grúas bajando el Giraldillo desde la veleta. La crisis no puede con su mecenazgo. Pero flota en el contenido de las obras. El tercer premio se titula Cuando se desmorone la vivienda rosa que soy, obra de Manuel Antonio Domínguez (Villablanca, Huelva, 1976), que empezó Bellas Artes en Sevilla y tras un paréntesis italiano acabó la carrera en Valencia.

Entre estos jóvenes pintores del 76 (tres años después diseñó el mecenas la L que todavía acompaña al logotipo de las grúas), el s egundo premio, Templa, que firma Lola Berenguer Suárez (El Ejido, 1965). Vino desde Almería a recoger el galardón y le hizo doble ilusión volver a la ciudad en la que estudió Bellas Artes.

El certamen Grúas Lozano sigue fiel a su capacidad de convocatoria. "Ha sabido rodearse de un determinado público de artistas", dice Paco del Río, del Centro Cultural Cajasol. Al acto acudieron algunos de los ganadores de anteriores ediciones. En la fundacional se impuso Hassan Bensiamar, un pintor marroquí afincado en Cádiz. Rodrigo Vargas es uno de los tres pintores del estudio de la calle Santillana que han ganado este certamen. José Miguel Pereñiguez ganó el de 2000 y Ramón David Morales el de 2001. El último que cobró en pesetas la parte metálica del premio. El ganador de 2010 se ha llevado también la maqueta de tres gruás móviles diseñadas por Juan Lozano.

"Aquí no faltan artistas, sino estructuras que sepan estar a la altura de los méritos que se alcanzan", dice en el catálogo Sema D’Acosta, crítico de arte, componente del jurado junto a los galeristas Carolina Barrio de Alarcón y Pablo Barragán Nicolau y los pintores Paco Broca, Uta Geub y José Soto. Se entregaron también los accésit. Los recogieron los pintores Juan Machado y Manuel Garcés; faltaron las pintoras Cristina Lama y María Acuyo.

A esta edición se presentaron 105 artistas. La obra de los 23 finalistas puede verse en Cajasol, aunque era requisito enviarlas a la dirección de Grúas Lozano en el Polígono La Red. Ahora se pueden ver junto a la concentración de grúas de Metropol-Parasol, mezcla de abstracción, collagey caverna de platones combinados.

El mecenazgo empresarial lo inició en España la fundación Banco Hispano Americano en 1989 con el patrocinio de la exposición de Velázquez en el Museo del Prado. Lo recuerda en el catálogo Carolina Barrio de Alarcón, que además de galerista es historiadora del Arte. Lozano es empresario por linaje: su padre también era pintor y coleccionista. Las obras del certamen se expusieron inicialmente en la Galería Haurie, después en Pablo del Barco -fue profesor de Lingüística de Juan Lozano en el San Francisco de Paula-, en la Sala Imagen y desde hace varios años en la calle Laraña, frente a Bellas Artes.

El cuadro Bendito Duende incluye una grúa. "En las primeras ediciones había montones de grúas en los cuadros", dice Lozano, que pensó organizar una colección de cuadros del mundo del trabajo. Se quedó con las colas del paro.

 
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